Una investigación abre la puerta a nuevos biomarcadores y estrategias de prevención para los trastornos neurocognitivos asociados al VIH.
Desde la implantación de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) a mediados de los años noventa, la esperanza de vida de los pacientes con VIH ha aumentado notablemente.
Como consecuencia, las complicaciones a largo plazo han ido adquiriendo mayor relevancia: casi uno de cada dos pacientes con VIH sufre deterioro neurocognitivo, que puede derivar en demencia.
La manera en que se origina este deterioro neurocognitivo aún no se conoce completamente.
A este respecto, un equipo de investigación de la Universidad Rurh de Bochum ha logrado identificar mecanismos por los que las células infectadas conseguirían activar células inmunitarias cerebrales, provocando daños que conducirían a la destrucción celular.
Estos hallazgos pueden facilitar el desarrollo de biomarcadores que permitan identificar a pacientes de riesgo y el establecimiento, a largo plazo, de una estrategia terapéutica.
El estudio ha sido publicado en la revista Experimental Neurology.
Los trastornos neurocognitivos asociados al VIH pueden presentarse como un deterioro de las funciones cognitivas, de la capacidad motora o como cambios en el comportamiento, y son una de las complicaciones más frecuentes de la infección.
No obstante, aún no se comprende el modo exacto en que se desarrollan.
Se piensa que el VIH daña las células de forma directa y que también activa mecanismos indirectos que producen efectos nocivos para las neuronas.
Asimismo, los investigadores sospechan que, tras su activación en el cerebro y la médula espinal, las células inmunitarias mantienen un nivel de inflamación crónica que lleva a la destrucción neuronal.
De igual modo, la activación inmunológica y los efectos del tratamiento terapéutico podrían contribuir al daño de neuronas en el cerebro.
La relación entre la terapia antirretroviral y estos trastornos es compleja y controvertida (véase La Noticia del Día 15/01/2014).
El VIH logra atravesar la barrera hematoencefálica por medio de las células inmunitarias infectadas: los monocitos y, posiblemente, las células T.
El equipo de investigación de Bochum puso a prueba la hipótesis de que los monocitos infectados por VIH activaran células inmunitarias cerebrales, las llamadas células microgliales.
Estas células, a su vez, reaccionarían liberando sustancias perniciosas, como los metabolitos reactivos del oxígeno o moléculas reguladoras de la inflamación, o citocinas.
Para contrastar esta hipótesis, los investigadores realizaron cultivos celulares en los que, en primer lugar, examinaron el efecto de los monocitos infectados en las células microgliales.
Los investigadores simularon uno a uno los pasos de la infección por VIH y midieron la concentración de citocinas liberadas en cada punto.
De este modo pudieron demostrar que la liberación de ARN viral en los monocitos era estímulo suficiente para lograr la máxima activación microglial.
Las posteriores fases de la infección –la transcripción inversa y la formación de proteínas de VIH– no incrementaron la activación.
En una segunda fase del estudio, el equipo de investigación analizó neuronas del cerebro de roedores para determinar si las sustancias liberadas por las células microgliales podían causar muerte celular.
Así, el nivel de muerte celular observado fue casi el doble que el del grupo control.
En el mismo sentido, estudios realizados sobre líquido cefalorraquídeo de pacientes con VIH han mostrado una correlación positiva con marcadores de degeneración neuronal en pacientes que aún no presentaban ningún trastorno neurocognitivo.
"Gracias a nuestra investigación, hemos adquirido un conocimiento más profundo de los mecanismos de la neurodegeneración asociada al VIH", concluye el profesor Andrew Chan.
"Estos resultados podrán contribuir al establecimiento de biomarcadores para los trastornos degenerativos asociados al VIH. A largo plazo, estos datos podrían usarse para desarrollar estrategias terapéuticas enfocadas a frenar la progresión de estos trastornos".
Un punto de partida podría ser la activación de las células microgliales, método que ya se utiliza en otras enfermedades autoinmunes del sistema nervioso central, como la esclerosis múltiple.
Estudios como el presente suponen un avance significativo en la investigación de los trastornos neurocognitivos en el contexto de la infección por VIH y es de esperar que durante su desarrollo se puedan identificar factores que permitan caracterizar dicho deterioro y seguir avanzando en el conocimiento relativo a cómo se produce éste y qué intervenciones podrían llevarse a cabo para evitar que tenga lugar o, al menos, frenarlo o disminuir sus consecuencias.
Algo que permitiría mejorar la calidad de vida de los pacientes con VIH.
Fuente: Universidad Ruhr de Bochum
Referencia: Faissner, S. et al. Cytoplasmic HIV-RNA in monocytes determines microglial activation and neuronal cell death in HIV-associated neurodegeneration. In: Exp Neurol. 2014 Aug 19. pii: S0014-4886(14)00263-5. doi: 10.1016/j.expneurol.2014.08.011. (Epub ahead of print).
Website Universidad Ruhr de Bochum:
Website National Center for Biotechnology Information (NCBI):
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/