Además, estos dispositivos podrían ayudar a superar problemas de adhesión y servirían en caso de relaciones sexuales no previstas.
Dos estudios realizados por Population Council revelaron que el uso de anillos vaginales (que contenían los fármacos experimentales MIV-150 o MIV-160, dos inhibidores de la transcriptasa inversa no análogos de nucleósido [ITINN] experimentales) consiguió unas concentraciones elevadas de fármaco en el fluido y el tejido genital, incluso superiores a las obtenidas con un gel vaginal.
El empleo de estos dispositivos microbicidas en un grupo de monos logró proteger a estos animales frente la infección por un virus similar al VIH.
Los estudios sobre tratamiento como prevención y profilaxis preexposición (PPrE) han demostrado el potencial de los antirretrovirales para reducir de forma drástica el riesgo de transmisión o adquisición del VIH cuando se utilizan de forma constante.
Sin embargo, es posible que haya otros métodos de administración distintos a la toma de pastillas que puedan resultar más aceptables y adecuados para determinadas poblaciones.
Diversos estudios han examinado el uso de microbicidas basados en antirretrovirales, por lo general geles o películas que se introducen en la vagina o el recto para proporcionar una barrera frente a la infección.
Tras una serie de fracasos en ensayos que probaron microbicidas de primera generación (que actuaban de forma inespecífica contra el VIH, modificando el entorno vaginal o uniéndose electrostáticamente al virus), el ensayo CAPRISA 004 fue el primero que consiguió demostrar la eficacia de un microbicida: un gel que contenía un 1% de tenofovir y cuyo empleo se demostró seguro y logró reducir la infección por VIH en un 39% en mujeres
(véase La Noticia del Día 21/07/2010): http://gtt-vih.org/actualizate/la_noticia_del_dia/21-07-10#microbicida
La investigación en microbicidas también se orienta hacia la búsqueda de nuevas maneras de administración, ya que el gel puede no ser una opción adecuada para aquellas personas que no puedan mantener un buen nivel de adhesión, ni tampoco en el caso de que se produzcan relaciones sexuales no previstas.
Una de estas alternativas de aplicación son los denominados anillos vaginales, como los utilizados para la administración de algunos anticonceptivos.
Se trata de anillos de silicona u otros materiales que se insertan en la vagina y liberan los fármacos lentamente (incluso combinaciones de ellos).
Estos dispositivos podrían permanecer colocados dentro de la mujer durante largos períodos de tiempo (incluso meses), lo cual puede superar el problema de la falta de adhesión y, al mismo tiempo, serviría para proteger frente a relaciones sexuales no previstas o en las que la mujer no pueda contar con la colaboración de la pareja masculina.
De manera ideal, los anillos podrían ayudar a proteger frente a otras infecciones de transmisión sexual o evitar embarazos.
En el primero de los estudios referidos, un equipo de investigadores probó la actividad del ITINN experimental MIV-150, administrado mediante anillos vaginales de silicona o acetato de etilenvinilo (EVA) en macacos.
El equipo había demostrado con anterioridad que el uso diario de un gel vaginal que contenía este fármaco MIV-150 ofrecía una protección parcial de los macacos frente a la infección por VIHS, un híbrido entre el VIH y el virus de la inmunodeficiencia símica (VIS), consiguiendo reducir la infección en más de un 50%.
También se observó que la adición de acetato de cinc aumentó la actividad anti-VIH del gel y, además, ofreció protección frente a otras infecciones de transmisión sexual (ITS).
En el actual ensayo, el equipo de investigadores insertó anillos vaginales con MIV-150 o un placebo (sin el acetato de cinc), bien 24 horas o dos semanas antes de la exposición al virus híbrido, y los retiraron de forma inmediata o dos semanas después.
El anillo consiguió proporcionar unos niveles detectables de MIV-150 en el fluido y tejido vaginal en 30 minutos, lo que indica que la aplicación del microbicida mediante este método resultó exitosa.
Asimismo, el anillo de EVA protegió de forma significativa a los monos frente a la infección: dos de los 17 macacos que recibieron anillos de EVA con MIV-150 se infectaron, frente a 11 de los 16 que recibieron anillos inactivos (una reducción de riesgo del 83%).
Los anillos de silicona redujeron el riesgo de infección en un 58%, aunque esta cifra no fue estadísticamente significativa.
Por su parte, el momento de la inserción no tuvo un efecto sobre el riesgo de infección, pero el hecho de retirar el anillo de forma inmediata después de la exposición disminuyó el efecto protector a un 16%.
Fuente: HIVandHepatitis.
Referencias: Singer R, Mawson p, Derby N, et al. An Intravaginal Ring that Releases the NNRTI MIV-150 Reduces SHIV Transmission in Macaques. Science Translational Medicine 4(150):150ra123. September 5, 2012.
Aravantinou M, Singer R, Derby N, et al. The Nonnucleoside Reverse Transcription Inhibitor MIV-160 Delivered from an Intravaginal Ring, But Not from a Carrageenan Gel, Protects Against Simian/Human Immunodeficiency Virus-RT Infection. AIDS Research and Human Retroviruses. August 27, 2012 (Epub ahead of print).
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