Un estudio confirma el aumento del riesgo de transmisión por parte de personas con infección por VIH reciente y pacientes que interrumpen el tratamiento.
Una gran proporción de transmisiones del VIH son atribuibles a personas con infección por VIH reciente o a pacientes que deciden interrumpir la toma de la medicación antirretroviral.
Esta es la conclusión a la que llega un equipo de investigadores suizos en un estudio cuyos resultados se han publicado en Clinical Infectious Diseases.
En general, un 44% de las transmisiones registradas se asociaron a infección por VIH reciente y un 14% podrían ser atribuibles a interrupciones voluntarias del tratamiento.
De acuerdo con los autores de este análisis, sus hallazgos representan un reto importante en las estrategias basadas en el tratamiento antirretroviral como prevención.
Ha quedado suficientemente demostrado que el tratamiento antirretroviral reduce la carga viral en sangre hasta niveles indetectables, lo que supone un beneficio para la salud de las personas con VIH y, al mismo tiempo, un beneficio para la salud pública pues al disminuir la cantidad de virus en el organismo se reduce la probabilidad de transmisión.
Sin embargo, esta estrategia conocida como tratamiento como prevención (TasP, en sus siglas en inglés) podría ver limitado su máximo impacto si las personas con VIH no conocen su diagnóstico en una fase precoz y, por lo tanto, no pueden beneficiarse de la atención y tratamiento apropiados, y si los pacientes que están diagnosticados no toman la medicación antirretroviral de la manera adecuada.
Además, una infección por VIH reciente se asocia con un carga viral más elevada, por lo que el virus durante esta fase tiene mayor capacidad infectiva (hasta 26 veces mayor que durante la fase crónica).
Estudios anteriores han mostrado estimaciones discrepantes sobre la tasa de transmisiones atribuibles a personas con infección por VIH reciente, que oscilan entre menos de un 10% y un 70-80%.
Conocer la proporción de transmisiones que se producen en la fase temprana de la infección resulta especialmente importante a la hora de poder de recomendar con mayor énfasis el diagnóstico del VIH y el tratamiento antirretroviral tanto para la salud individual como para la salud pública.
Con el fin de arrojar algo más de luz sobre esta cuestión, los investigadores del Estudio de la Cohorte Suiza del VIH llevaron a cabo un análisis retrospectivo de las características genéticas de las muestras de sangre almacenadas y obtenidas de los pacientes con VIH que participan en dicho estudio.
A través del análisis filogenético, examinaron las infecciones con un perfil genético similar que probablemente formaban parte de un clúster de transmisión, es decir de una agrupación de casos en un área dada y un período determinado.
El objetivo del estudio era determinar la fracción de transmisiones que son atribuibles a personas con infección por VIH reciente y evaluar la transmisión en relación con el momento de inicio del tratamiento antirretroviral.
Los investigadores analizaron un total de 19.604 secuencias genéticas de aproximadamente 11.000 personas que representan un 60% del total de pacientes inscritos en la cohorte.
El año de diagnóstico de VIH de los pacientes incluidos en el análisis osciló entre 1984 y 2014.
La mayoría fueron hombres (71%), un 77%, caucásicos y un 38%, hombres gais y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH).
La fecha de seroconversión al VIH pudo ser estimada en 4.079 pacientes de los cuales un 82% fue diagnosticado en el primer año tras la seroconversión.
Se identificaron entre 71 y 378 pares de transmisión de los cuales aproximadamente dos terceras partes (62-66%) se produjeron entre hombres gais y otros HSH.
Cuando se definió infección reciente como el primer año tras la infección, el porcentaje mediano de transmisiones atribuibles a infección por VIH reciente fue de un 43,7% (rango: 41% - 56%).
Sin embargo, utilizando como definición de infección reciente el periodo de seis meses tras la seroconversión, la fracción mediana de transmisiones atribuibles a personas con infección por VIH reciente fue más baja (31,6%; rango: 28%-42,3%).
A continuación los autores examinaron las transmisiones atribuibles a personas que se encontraban en la fase crónica de la infección por VIH.
Entre los factores asociados a la transmisión se identificaron tener una carga viral elevada (p menor 0,001) y un inicio tardío del tratamiento antirretroviral (p=0,005).
De las 121 personas que transmitieron el VIH en la fase crónica, 54 (45%) habían iniciado ya el tratamiento antirretroviral, un dato que pudo saberse a través de la fecha de seroconversión de las personas que adquirieron el VIH.
De 44 de ellos se dispuso de datos sobre la carga viral y se halló que 35 tenían, como mínimo, una determinación por encima de las 400 copias/mL.
Se obtuvieron datos adicionales de las 35 personas con una carga viral confirmada que transmitieron el VIH en la fase crónica.
En 18, la fecha estimada de la transmisión fue muy próxima a la fecha de inicio del tratamiento antirretroviral.
“Estos individuos transmitieron el VIH o muy poco antes o muy poco después del inicio del tratamiento antirretroviral”, sugieren los autores.
Los 17 pacientes restantes habían iniciado el tratamiento antes de transmitir el VIH a las personas con un virus genéticamente emparejado, y lo más destacable es que 16 de estos 17 pacientes habían realizado interrupciones del tratamiento antirretroviral y estaba documentado en el historial clínico.
“En general, estos resultados indican que un tasa importante de transmisiones durante la fase crónica –como mínimo 17 de 121 (14%) y como máximo 54 de 121 (45%)– se producen después del inicio del tratamiento antirretroviral por parte de la persona transmisora”, señalan los investigadores.
“Este hallazgo pone de manifiesto la importante implicación que tienen las interrupciones del tratamiento y los períodos cercanos al inicio del tratamiento en la transmisión del VIH.”
En sus conclusiones, los investigadores señalan que su trabajo muestra una elevada tasa de transmisiones que se producen durante la fase reciente y durante las interrupciones de la terapia, “dos retos clave para invertir la curva de la incidencia del VIH con el uso del tratamiento como prevención”.
Por esta razón, además de la importancia de mejorar y promover el diagnóstico precoz, las estrategias basadas en el tratamiento como prevención deben acompañarse de intervenciones dirigidas a reforzar la adherencia al tratamiento y a lograr que el paciente no abandone el seguimiento clínico.
Fuente: Aidsmap
Referencia: Marzel A et al. HIV-1 transmission during recent infection and during treatment interruptions as major drivers of new infections in the Swiss HIV Cohort Study. Clin Infect Dis, online edition. DOI: 10.1093/cid/civ/732.
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