Un nuevo estudio apunta a que la progresión de la fibrosis hepática podría relacionarse más con el uso de la pareja de análogos de nucleósido que con el tercer fármaco de la combinación.
Según los resultados de un estudio llevado a cabo por investigadores canadienses y publicado en la edición electrónica de Clinical Infectious Diseases, la progresión de la fibrosis hepática en personas coinfectadas por el VIH y el virus de la hepatitis C (VHC) en tratamiento antirretroviral se asocia con el uso de la pareja de análogos de nucleósido (ITIN).
El estudio fue diseñado para evaluar si la progresión de la fibrosis se asociaba con el uso de un tratamiento basado en un inhibidor de la proteasa (IP) o en un inhibidor de la transcriptasa inversa no análogo de nucleósido (ITINN).
Sin embargo, el estudio halló que la progresión de la hepatopatía se relacionó con el uso de la combinación a dosis fijas formada por abacavir/lamivudina (Kivexa®).
Es bien sabido que la infección por VIH acelera la progresión de la hepatitis C en pacientes coinfectados.
Si bien el tratamiento antirretroviral –y su efectividad sobre el control viral– contribuye a disminuir la progresión de la enfermedad hepática, determinados fármacos contra el VIH pueden provocar toxicidad a nivel hepático.
Las pautas estándar recomendadas para el tratamiento de la infección por el VIH en el momento actual consisten en una combinación de tres fármacos: una pareja de ITIN –que constituyen la base del régimen– y un tercer fármaco de otra familia distinta de fármacos antirretrovirales.
Hasta la fecha, ningún estudio había evaluado a largo plazo la asociación entre las familias de antirretrovirales que se utilizan como tercer fármaco de la combinación y la progresión de la hepatopatía en personas coinfectadas.
Por este motivo, un grupo de investigadores de la Cohorte Canadiense sobre Coinfección diseñó un estudio para evaluar la progresión de la enfermedad hepática en pacientes coinfectados que estaban recibiendo un tratamiento antirretroviral basado en un IP o un ITINN.
Los investigadores también tuvieron en consideración, aunque no era el objetivo principal del estudio, el impacto de la pareja de análogos de nucleósido que completaban la combinación.
La fibrosis fue evaluada por medio de los cambios observados en la escala APRI –índice que relaciona el nivel de aspartato aminotransferasa [AST] con el de plaquetas–.
En el análisis estadístico, se tuvo también en consideración otros factores potencialmente asociados con daño hepático como, por ejemplo, la edad, el sexo, la duración de la infección por VHC, el consumo de alcohol y drogas, la carga viral y el recuento de células CD4.
El estudio incluyó un total de 628 pacientes coinfectados. La mitad estaba tomando un régimen basado en un IP y la otra mitad, en un ITINN.
Efavirenz (Sustiva®; también en Atripla®) fue el ITINN más ampliamente utilizado siendo tomado por un 92% de los pacientes.
Los IP más utilizados fueron atazanavir/ritonavir (Reyataz®/Norvir®) en un 47% de los pacientes; lopinavir/ritonavir (Kaletra®) en un 29%; darunavir/ritonavir (Prezista®/Norvir®) en un 15%; y atazanavir no potenciado en un 9%.
Aproximadamente las dos terceras partes de los pacientes tomaban la pareja de ITIN tenofovir/emtricitabina (Truvada®) –un 67% de los que recibían un IP y un 69% de los que tomaban un ITINN–.
Los resultados muestran que la terapia basada en un IP se asoció con un aumento de un 11% en la escala APRI a los cinco años en comparación con un incremento de un 7% a los cinco años observado con el tratamiento basado en un ITINN.
La puntuación mediana en la escala APRI fue un 32% más elevada entre los pacientes que tomaron tenofovir/emtricitabina que entre los que tomaron abacavir/lamivudina, aunque la puntuación se situó por debajo del punto de corte de fibrosis significativa (0,79 en los pacientes que tomaron tenofovir/emtricitabina y 0,61, entre los que recibieron Abacavir/Lamivudina).
A pesar de ello, los investigadores consideran que los cambios observados en el índice APRI podrían estar motivados por el uso de Abacavir/Lamivudina.
El aumento mediano a los cinco años en el índice APRI fue de un 16% cuando abacavir/lamivudina se combinó con un IP y de un 11% cuando se utilizó un ITINN.
En comparación, los pacientes que tomaron tenofovir/emtricitabina no experimentaron un cambio estadísticamente significativo en el índice APRI durante el seguimiento cuando se administró junto con un IP (aumento de un 8% a los cinco años) o con un ITINN (incremento de un 3% a los cinco años).
Los investigadores consideran que la asociación entre Kivexa® y daño hepático es biológicamente plausible: “Abacavir puede reducir la proliferación de hepatocitos e incrementar los niveles intracelulares de lípidos y lactato”.
En sus conclusiones, los investigadores señalan que en su estudio el uso de abacavir/lamivudina en un régimen antirretroviral basado en un inhibidor de la proteasa o en un no análogo de nucleósido se asoció con cambios en el índice APRI durante el seguimiento con independencia de la familia de fármacos (IP o ITINN) con la que se combinaba.
Con todo, los investigadores llaman a la cautela ante los hallazgos de este estudio dado que el ensayo fue diseñado para evaluar el impacto de la familia de fármacos (inhibidores de la proteasa o no análogos de nucleósido) sobre la progresión de la fibrosis hepática, y no el impacto específico de la pareja de análogos de Nucleósido.
Por ello, sugieren continuar investigando en este línea para comprender mejor cómo las diferentes combinaciones de fármacos pueden afectar a la progresión a largo plazo de la enfermedad hepática en pacientes coinfectados por VIH y VHC.
Fuente: Aidsmap
Referencia: Brunet L et al. Progression of liver fibrosis and modern combination antiretroviral therapy agents in HIV-hepatitis C co-infected patients. Clin Infect Dis, online edition, 2015.
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