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miércoles, 23 de diciembre de 2015

El Tratamiento Temprano Limita el tamaño de los Reservorios Virales en Bebés Infectados por el VIH‏

Las interrupciones de tratamiento deberían llevarse a cabo con precaución ya que pueden dar lugar a una reposición rápida e irreversible del reservorio viral.

De acuerdo con los resultados de un estudio español publicado en la revista Clinical Infectious Diseases, los bebés a los que se administra tratamiento antirretroviral en el plazo de las doces semanas tras la infección perinatal tienen un reservorio del VIH significativamente menor (es decir, menos cantidad de ADN Proviral en las células inmunitarias) que los niños que inician el tratamiento más tarde.

Además, las interrupciones del tratamiento provocan un aumento espectacular del tamaño del reservorio, y esta reposición podría ser irreversible.

Se define reservorio viral como el tipo celular o espacio anatómico que preserva y mantiene viable un virus dejando intacta su capacidad replicativa, y es capaz de restaurar la población de células infectadas cuando estas son eliminadas por mecanismos citotóxicos virales directos o por el sistema inmunitario del huésped.

El VIH resiste los intentos de erradicación debido a un reservorio Proviral infranqueable que se establece en las células CD4 poco después de la infección.

A diferencia de los niños más grandes o los adultos, los bebés infectados por el VIH antes o durante el parto mantienen una carga viral elevada los primeros años de la infección si no reciben tratamiento.

Sin embargo, los recién nacidos podrían ser los mejores candidatos para llevar a cabo una intervención antirretroviral inmediata con el objetivo de prevenir o limitar el establecimiento de un reservorio Proviral dado que la infección puede ser diagnosticada en los primeros días de vida.

Aunque empezar el tratamiento antirretroviral poco después del parto parece prevenir la formación de un reservorio viral –tal como sucedió en el caso de la “niña de Mississippi”–, el VIH oculto puede persistir y desencadenar nuevos ciclos de replicación si se interrumpe la toma de la medicación.

Con el objetivo de mejorar el diseño de intervenciones en bebés diagnosticados de VIH los primeros años de vida, un grupo de investigadores españoles de diversos centros hospitalarios llevaron a cabo un análisis retrospectivo de 23 niños infectados por vía vertical.

A 14 de los bebés se les administró tratamiento antirretroviral en el plazo de las 12 semanas tras el parto y a 19, entre la semana 12 y el año.

Los investigadores analizaron muestras de células mononucleares en sangre periférica y en plasma tomadas al año, como mínimo, de haber alcanzado la supresión viral definida como una carga viral en plasma igual o menor de 200 copias/mL.

Se utilizó una prueba de PCR para medir el ADN de VIH total asociado a las células CD4 (el reservorio de ADN Proviral).

Los participantes del estudio tenían una mediana de edad de ocho años y una carga viral inferior a 200 copias/mL durante una mediana de 4,5 años.

Los resultados del análisis muestran que el reservorio de ADN Proviral fue 6 veces más pequeño en niños tratados en el plazo de las 12 primeras semanas de vida que en aquellos a los que se administró la terapia más tarde (mediana por encima de 100 copias/millón de células CD4 frente a por debajo de 100 copias/millón de células CD4, p menor 0,01).

Un menor tiempo hasta alcanzar el control de la carga viral en plasma después del inicio del tratamiento antirretroviral se correlacionó con un reservorio Proviral más pequeño.

El análisis mostró que cada retraso de un mes en el inicio del tratamiento antirretroviral predijo un aumento de 0,1 log de ADN de VIH total contenido en las células CD4 en sangre periférica.

Cuando el tratamiento se interrumpió en 3 de los niños tratados en el plazo de las 12 semanas tras la infección, el tamaño mediano de su reservorio latente aumentó de 25 a 199 copias/millones de células CD4, a pesar de que todos ellos habían mantenido el control viral en plasma durante como mínimo un año.

La pendiente de este aumento (0,29) fue estadísticamente significativa (p=0,0005), mientras que la pendiente en los nueve niños que nunca dejaron el tratamiento antirretroviral apenas cambió (-0,02, p= 0,68).

Un niño tratado inmediatamente después del nacimiento tenía un reservorio Proviral de 3,8 copias/millones de células CD4 cuando el tratamiento se interrumpió.

La viremia en plasma rebotó en el plazo de una semana a 500.000 copias/mL, luego disminuyó rápidamente cuando se reanudó la terapia.

El reservorio Proviral aumentó aproximadamente 50 veces cuando el tratamiento se interrumpió y se mantuvo en ese nivel durante los tres años siguientes tras la reanudación de la terapia.

De acuerdo con los investigadores, este aumento sostenido del reservorio viral indica que las interrupciones del tratamiento deberían llevarse a cabo con precaución, ya que pueden dar lugar a una reposición rápida e irreversible del reservorio viral.

Los investigadores creen que sus hallazgos subrayan la importancia de iniciar el tratamiento antirretroviral en el plazo de las 12 semanas de vida en niños infectados por VIH por transmisión vertical, siempre que sea posible, porque el tratamiento precoz limita la formación de ADN Proviral de larga vida.

También creen que el estudio cuestiona la hipótesis de que un pequeño reservorio viral pueda limitar el rebote viral después de la interrupción del tratamiento (tal como se demostró en el caso de la niña de Mississippi).

Fuente: The Body
Referencia: Martínez-Bonet M, Carmen Puertas M, Fortuny C, et al. Establishment and Replenishment of the Viral Reservoir in Perinatally HIV-1-infected Children Initiating Very Early Antiretroviral Therapy. Clinical Infectious Diseases. Volume 61 Issue 7, pp. 1169-1178.



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