El inicio temprano del tratamiento, junto con otras estrategias de reducción de riesgo –como dejar de fumar o consumir menos alcohol– podría hacer que las esperanzas de vida de las personas con y sin VIH se igualasen más.
La diferencia en la esperanza de vida entre las personas con y sin VIH pasó de 44 años entre 1996 y 1997 a unos 12 años en 2011, según datos procedentes de la organización Kaiser Permanente de California y presentados en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), que se está celebrando actualmente en la ciudad de Boston (EE UU).
Esta diferencia es aún más pequeña (aunque sigue existiendo) en el caso de las personas que inician la terapia antirretroviral cuando su recuento de CD4 no ha caído por debajo del umbral de las 500 células/mm3.
No es la primera que un estudio revela que la esperanza de vida de las personas con VIH se está aproximando a la de la población general, sin embargo el equipo de investigadores de Kaiser Permanente señaló que en muchos de estos estudios previos no se habían tenido en cuenta diferencias sociodemográficas y de hábitos de vida entre las dos poblaciones comparadas.
En este nuevo análisis, los autores contaron con datos procedentes de 24.768 personas con VIH y 257.600 sin VIH, y emparejaron a cada persona con VIH con 10 personas sin VIH de la misma edad, sexo, centro médico y año de atención.
El 91% del total de participantes eran hombres. La media de edad fue de 41 años en el grupo de personas con VIH y de 40 en el otro grupo.
En el grupo de personas con VIH, el 56% eran de etnia blanca (44% en el grupo sin VIH), el 21% de etnia negra (27% en el grupo sin VIH) y el 18% de origen hispano (10%).
La población con VIH presentó unos porcentajes mayores de personas con historial de tabaquismo (45% frente a 31%), que tenían hepatitis B o C (12% frente a 2%) o que alguna vez consumieron grandes cantidades de alcohol u otras drogas (21% frente a 9%).
En lo que se refiere a las personas que estaban tomando terapia antirretroviral, el 18% la inició con un recuento de CD4 superior a 500 células/mm3.
El número de fallecimientos registrados entre el grupo de personas con VIH pasó de 7.077 por cada 100.000 persona-años entre 1996 y 1997 a 1.054 por cada 100.000 persona-años en 2011, mientras que en el grupo de personas sin VIH, la tasa de mortalidad no cambió de forma significativa en ese periodo.
En ese tiempo, los años de vida esperados a los 20 años aumentó de 19 a 53 años adicionales en el grupo con VIH, mientras que en el grupo sin VIH pasó de 63 a 65 años adicionales.
Esto supuso que la diferencia en la esperanza de vida a los 20 años se redujo de 44 años a 12 entre el período 1996-1997 y el año 2011.
Al tener en cuenta el sexo, la esperanza de vida adicional a los 20 años pasó de 37 a 51 en el caso de las mujeres con VIH y de 38 a 49 en el de los hombres.
Al tener en cuenta la etnia, se observó que el aumento de la esperanza de vida fue mucho mayor en el caso de las personas con VIH de etnia blanca u origen hispano que entre las de etnia negra.
Así, entre las personas de etnia blanca, la esperanza de vida adicional a los 20 años pasó de 37 a 50 años en el caso de las personas con VIH de etnia blanca (sin cambio en el caso de las personas blancas sin VIH); de 35 a 46 años en personas de etnia negra (de 63 a 59 años en personas sin VIH de esta etnia) y de 39 a 52 años en personas de origen hispano (de 65 a 68 años en el caso de las personas sin VIH de dicha etnia).
Al considerar la vía de transmisión del virus, el aumento de la esperanza de vida a los 20 años fue similar entre los hombres gais (pasó de 40 años adicionales a 51) y entre las personas heterosexuales (de 38 a 51 años adicionales), pero fue menos grande entre la población de usuarios de drogas inyectables (pasó de 36 a 46 años adicionales).
En el periodo 2008-2011, una persona con VIH de 20 años de edad podía esperar tener otros 49,3 años de vida, frente a los 62,3 en el caso de las personas sin VIH, una diferencia de 13 años.
Esta diferencia se redujo a 7,9 años cuando se tuvo en cuenta únicamente a las personas que iniciaron el tratamiento con un recuento de 500 células/mm3 o mayor.
La diferencia fue incluso más pequeña si las personas que iniciaban pronto la terapia no tenían hepatitis B o C (7,2 años), no consumían grandes cantidades de alcohol o drogas (6,6 años) o no fumaban (5,4 años).
Fuente: NATAP
Referencia: Marcus JL, Chao C, Leyden W, et al. Narrowing the gap in life expectancy for HIV+ compared with HIV- individuals. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections (CROI), February 22-25, 2016, Boston. Abstract 54.
Website National AIDS Treatment Advocacy Project (NATAP):
http://www.natap.org/
Website CROI 2016: