El hallazgo resulta especialmente relevante para aquellos pacientes que tienen unos niveles bajos de CD4 y pocas opciones de tratamiento debido a la resistencia viral.
La terapia antirretroviral puede ayudar a elevar los recuentos de CD4 aunque no consiga llevar la viremia a indetectable debido a que el VIH presente una gran resistencia a fármacos.
Esto podría ser un indicador de que es probable que el tratamiento ofrezca una ventaja en términos de salud inmunitaria también a las personas con pocas opciones terapéuticas, según concluye un estudio publicado en la edición de 1 de marzo de Journal of Infectious Diseases.
La terapia antirretroviral consigue reducir la carga viral del VIH a un nivel muy pequeño o indetectable en la mayor parte de los casos.
Esta disminución de la viremia se traduce en una menor presión sobre las células CD4 y, en consecuencia, en un aumento del recuento de estos linfocitos.
Sin embargo, algunas personas no experimentan una buena recuperación de CD4 a pesar de la carga viral indetectable, mientras que otras no consiguen alcanzar dicho nivel viral debido a que el virus ha podido desarrollar resistencia a varias familias de fármacos antirretrovirales por exposición previa a los mismos.
Un equipo de investigadores decidió estudiar los factores que afectan a la evolución de los recuentos de CD4 tras un fracaso del tratamiento triple.
El análisis contó con 2.424 personas con VIH que formaban parte de la base de datos de COHERE (siglas en inglés de Colaboración de Investigación Epidemiológica Observacional del VIH de Europa) y examinó qué factores influían en los recuentos de CD4 tras un fracaso de un tratamiento con tres familias de fármacos.
Los participantes habían tomado terapia antirretroviral durante una mediana de cuatro años y experimentaron un fracaso virológico con las tres familias más antiguas de antirretrovirales (inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido/nucleótido [ITIN], no análogos de nucleósido [ITINN] e inhibidores de la proteasa [IP]).
La mayor parte de las personas seguían tomando fármacos de estas cuatro familias, aunque unas pocas tomaban medicamentos de las nuevas familias, como inhibidores de la fusión (7%), inhibidores de la integrasa (9%) o antagonistas del CCR5 (1%).
Durante el seguimiento, se dispuso de 23.992 recuentos de CD4 de los pacientes, y los investigadores realizaron un modelo matemático para predecir cambios en los niveles de estos linfocitos tras producirse el fracaso del tratamiento triple, a partir de un nivel basal de 300 células/mm3.
En un modelo ajustado en el que no se tuvo en cuenta la carga viral actual ni el año del calendario, los recuentos de CD4 fueron significativamente mayores en el caso de personas que tomaban regímenes que incluían inhibidores de la proteasa potenciados (aumentos promedio de 22 células/mm3), en comparación con las personas que tomaban ITINN.
Los recuentos de CD4 también fueron significativamente superiores en el caso de los participantes que tomaban fármacos de las nuevas familias (aumento medio de 39 células/mm3).
Sin embargo, estas relaciones dejaron de ser significativas cuando se tuvieron presentes los niveles de viremia en el momento o el año del calendario.
El hecho de tener unos niveles de carga viral más elevados estuvo relacionado de forma constante (y casi lineal) con unos menores recuentos de CD4.
Esta relación inversa entre cada logaritmo de carga viral y el recuento de CD4 es un indicativo de que es probable que la reducción de la viremia (aunque sea de forma modesta y no suponga una carga viral indetectable) tenga un efecto beneficioso para el sistema inmunitario.
Este hallazgo resulta especialmente relevante para pacientes con niveles bajos de CD4 y pocas opciones de tratamiento.
Los autores del estudio concluyen que sus datos evidencian que las concentraciones de virus en plasma en el momento constituyen el factor de predicción más importante del recuento de CD4.
En el pasado, a las personas cuyo virus presentaba una amplia resistencia a fármacos a menudo se les recomendaba que esperasen antes de empezar con un nuevo medicamento hasta que estuvieran disponibles dos o más fármacos activos, para evitar que el nuevo medicamento actuase, de hecho, como monoterapia, y reducir así la posibilidad de generar resistencia al mismo.
No obstante, este trabajo justifica que las personas con niveles bajos de CD4 reciban los mejores fármacos disponibles, ya que incluso una pequeña reducción de la carga viral supone un aumento de los recuentos de estos linfocitos.
En sus conclusiones, los autores consideran que si bien es posible que las personas con niveles más altos de CD4 puedan esperar hasta que se disponga de nuevos fármacos activos, es importante que las que tienen recuentos bajos de estos linfocitos tomen el régimen que tenga la máxima probabilidad de alcanzar la viremia más baja posible.
Asimismo, apuntan que una mejora de la adhesión, aunque sea pequeña, podría ayudar a reducir el riesgo de progresión de la infección.
Fuente: HIVandHepatitis.
Referencia: Audelin A, Castagna A, Costagliola S, Ledergerber B, et al (Pursuing Later Treatment Option II (PLATO II) Project Team of the Collaboration of Observational HIV Epidemiological Research Europe (COHERE). Predictors of CD4+ T-Cell Counts of HIV Type 1-Infected Persons After Virologic Failure of All 3 Original Antiretroviral Drug Classes. Journal of Infectious Diseases 207(5): 759-767. March 1, 2013.
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