Un estudio halla niveles de fibrosis hepática en pacientes coinfectados similares a los observados en pacientes monoinfectados diez años mayores.
Según los resultados de un nuevo estudio publicado en la versión digital de Annals of Internal Medicine, el VIH parece favorecer la progresión de la enfermedad hepática en personas coinfectadas por el virus de la hepatitis C (VHC).
Aunque ya existían previamente indicios acerca de una progresión acelerada de la hepatitis C en personas con VIH, este estudio prospectivo y observacional llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina Johns Hopkins en Baltimore (EE UU) ha contado con una cohorte de pacientes bastante homogénea que permite comparar la progresión de la enfermedad en personas coinfectadas y monoinfectadas.
El principal hallazgo del estudio es que los participantes coinfectados por VIH y VHC tenían niveles de fibrosis hepática semejantes a los registrados en personas monoinfectadas por hepatitis C, pero con casi diez años más de edad.
Este descubrimiento coincide con la hipótesis de que tanto la infección por VIH como el envejecimiento son dos factores que desempeñan un papel fundamental en la progresión de la hepatopatía causada por el VHC y, posiblemente, lo hacen a través de mecanismos comunes.
De acuerdo con los investigadores, ya existen pruebas de que, en general, las personas con VIH desarrollan dolencias relacionadas con los años –como por ejemplo, la enfermedad cardiaca o algunos tipos de cáncer– a una edad más temprana de la que cabría esperar.
Sin embargo, en opinión de los expertos, no está claro si dichas observaciones podrían achacarse a la propia infección por VIH o a otros factores de riesgo no determinados.
Para intentar arrojar algo más luz sobre este tema, los autores recurrieron a la cohorte ALIVE (siglas en inglés de Sida Vinculado a la Experiencia Intravenosa), compuesta por usuarios de drogas inyectables, tanto en activo o no, en la ciudad de Baltimore.
El hecho de contar con una cohorte cuyos participantes con hepatitis C comparten características bastantes similares permite observar el papel que desempeña el VIH en ciertas manifestaciones clínicas.
En este ocasión, los expertos compararon la gravedad de los casos de fibrosis hepática en función de la edad (evaluados cada seis meses mediante pruebas de la rigidez del hígado) en los participantes monoinfectados y coinfectados, que recibieron un seguimiento aplicando el mismo protocolo.
Se incluyó un total de 1.176 participantes cuya mediana de edad fue de 49 años. El 34% estaba coinfectado por el VIH. En conjunto, se dispuso de 5.634 mediciones válidas de fibrosis hepática (una mediana de cinco pruebas por persona a lo largo de 2,9 años de seguimiento).
Al comienzo del estudio, las personas coinfectadas tuvieron significativamente más probabilidades (p 0,001) que las monoinfectadas de presentar cirrosis (19,5% frente a 11,0%) o fibrosis clínicamente significativa (12,9% frente a 9,5%).
La fibrosis hepática se relacionó de forma independiente con una mayor edad (p 0,001) y con la coinfección por VIH (p= 0,005).
Un análisis multivariable determinó el valor esperado del grado de fibrosis hepática en función de los años y se comprobó que, para una misma edad, el nivel de rigidez del hígado fue de 1,17 a 2,02 kilopascales mayor en las personas coinfectadas por VIH que en las que solo tenían hepatitis C.
Dicho de otra manera, se comprobó que las personas coinfectadas presentaron mediciones del grado de fibrosis hepática similares a las de las personas monoinfectadas que, en promedio, eran 9,2 años mayores.
Otro hallazgo que también muestra el estudio es que la fibrosis hepática en las personas coinfectadas estuvo relacionada con unos recuentos de CD4 más bajos (tanto el nadir como el recuento actual) y con unos mayores niveles de carga viral del VIH.
Una de las posibles implicaciones que se extrae de este estudio es que un tratamiento contra el VIH eficaz podría reducir el riesgo de progresión de la enfermedad hepática en la población de personas coinfectadas, pero los autores advierten que, hasta la fecha, el estudio no ha revelado la existencia de dicho vínculo.
Hay que destacar que el nivel de fibrosis hepática fue evaluado por elastografía transitoria (también conocida con el nombre comercial FibroScan®), un método no invasivo casi tan preciso como la biopsia.
En sus conclusiones, los investigadores señalan que, en la mayoría de los casos, no se dispuso de datos sobre la duración de la infección por VHC, aunque las estimaciones de dicha duración no se vieron influidas por el hecho de tener VIH.
Por este motivo, los autores de este estudio advierten que si por algún motivo hubiese una tendencia entre los usuarios de drogas con VIH a haberse infectado por VHC antes que el resto de la cohorte de participantes, “podía parecer que la infección VIH ocasiona fibrosis hepática a edades más jóvenes".
Fuente: Medpage Today.
Referencia: Kirk GD, Mehta SH, Astemborski J, et al. HIV, Age, and the Severity of Hepatitis C Virus–Related Liver Disease: A Cohort Study. Ann Intern Med. 26 February 2013.
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Estudio Original Annals of Internal Medicine:
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