No obstante, se aconseja que las personas que tomen esta profilaxis sean sometidas regularmente a mediciones de la tasa de aclaramiento de creatinina.
Un estudio en el que se analizaron los efectos sobre la salud renal del uso de Truvada® (un comprimido que combina los fármacos Tenofovir y Emtricitabina) como profilaxis pre-exposición (PPrE) para evitar la infección por VIH reveló que, aunque provocó pequeñas alteraciones de la función renal, ésta volvió a niveles normales al interrumpir el tratamiento, lo que indica que no se produjeron daños irreversibles en el riñón, al menos durante el tiempo de duración de la profilaxis (81 semanas en este caso).
De todos modos, los autores del estudio (publicado en la revista AIDS) comentan que sus hallazgos respaldan las recomendaciones de realizar un seguimiento de la tasa de aclaramiento de la creatinina entre las personas que toman Truvada® como PPrE.
Los resultados del estudio iPrEx (véase La Noticia del Día 29/11/2010) revelaron que el uso diario de Truvada® redujo el riesgo de infección por VIH en un 44% en una población compuesta por hombres que practican sexo con hombres (HSH) y mujeres transexuales.
Posteriormente la Agencia para la Alimentación y el Medicamento de EE UU (FDA) aprobó el empleo de este fármaco como PPrE en julio de 2012 (véase La Noticia del Día 19/07/2012).
El fármaco Tenofovir (uno de los componentes de Truvada®) presenta un perfil de seguridad y eficacia en general bueno, aunque existen datos de personas con VIH que reciben un tratamiento que incluye este medicamento que evidencian que su uso está relacionado con desórdenes de la función renal que, por lo general, suelen ser leves y que remiten al dejar de tomarlo.
No obstante, en ocasiones se han observado casos de mayor gravedad. En consecuencia, se decidió comprobar si el uso de Truvada® como PPrE se relacionaba con el riesgo de sufrir una disfuncional renal en personas sin VIH.
Casi la mitad de los participantes en el ensayo iPrex tenían entre 18 y 24 años, el 5% eran de origen negro/afroamericano, el 5% tenía un índice de masa corporal (IMC) superior a 30 kg/m2 (por encima del que se considera un síntoma de obesidad) y el 5% presentaba un historial de hipertensión.
Todas las personas incluidas en el estudio fueron sometidas a un seguimiento periódico de su función renal mediante pruebas como la tasa de aclaramiento de creatinina, fósforo en suero y con tiras reactivas de orina para detectar la presencia de proteínas (proteinura) y glucosa (glucosuria).
Además, un pequeño grupo de participantes fueron examinados para ver si padecían Tubulopatía renal proximal (es decir, daño en los túbulos renales).
Se detectó un aumento pequeño, aunque significativo, en las tasas de aclaramiento de creatinina respecto a los valores basales entre las personas que tomaban Truvada®, en comparación con las que recibieron un placebo.
Esta diferencia se hizo evidente a las cuatro semanas de terapia y se mantuvo mientras duró el uso del fármaco, aunque los niveles de aclaramiento se normalizaron al interrumpir la profilaxis pre-exposición.
Sin embargo, no se detectaron diferencias estadísticamente significativas entre el grupo de placebo y de Truvada® en cuanto a los niveles de fósforo en suero (aunque tendió a disminuir más entre los participantes que tomaron el fármaco), la frecuencia de la elevación de creatinina, ni en la proporción de personas con proteinuria (21 y 20 en el grupo de Truvada® y placebo, respectivamente) o glucosuria (3% en ambos grupos).
A pesar de todo, el equipo de investigadores reconoce que su análisis adolece de diversas limitaciones, como por ejemplo la limitada duración de la terapia (unas 81 semanas), lo que impide conocer los efectos a de Truvada® como PPrE a largo plazo.
Otros de los problemas señalados fue la baja tasa de adherencia a la profilaxis para poder extraer datos más fiables.
Por otro lado, los autores concluyen que sus hallazgos respaldan la recomendación de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC) de que la provisión oral de Truvada® como profilaxis para evitar la infección por VIH vaya acompañada de un seguimiento de los niveles de creatinina en suero, aunque aconsejan que ante una medida anómala de este valor se repita el análisis antes de interrumpir el tratamiento, ya que en la mayoría de los casos las elevaciones de la tasa de aclaramiento son pasajeras.
Fuente: AIDSMAP
Referencia: Solomon MM et al. Changes in renal function associated with oral emtricitabine/tenofovir disoproxil fumarate use for HIV pre-exposure prophylaxis. AIDS 28, online edition.DOI:10.1097/QAD.0000000000000156, 2014.
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