También se observó una mayor prevalencia de los factores de riesgo clásicos de dichas patologías en este grupo poblacional.
Según un estudio holandés, publicado en la edición electrónica de la revista Clinical Infectious Diseases, parece existir relación entre la infección por VIH y un mayor riesgo de padecer varias de las enfermedades asociadas al envejecimiento.
El equipo de investigación comparó el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, renales y óseas entre personas con VIH de edad avanzada y un grupo control formado por personas seronegativas de características similares.
La prevalencia de dichas patologías asociadas al envejecimiento fue superior en el grupo de personas con VIH, especialmente en el caso de enfermedades cardiovasculares y renales.
Como era de esperar, se halló una asociación entre la probabilidad de desarrollar estas enfermedades y la presencia de otros factores de riesgo más comúnmente referidos, pero también se asociaron a la existencia de infección por VIH, con el periodo de inmunosupresión sufrida y con la presencia de inflamación sistémica.
La prevalencia de comorbilidad por enfermedades asociadas al envejecimiento fue significativamente mayor entre aquellas personas con VIH que la hallada en el grupo control.
Este fenómeno, también presente en aquellos casos de carga viral indetectable, es compatible con los hallazgos de investigaciones previas.
Así, meses atrás se relacionó una mayor prevalencia de síndromes geriátricos con bajos recuentos de CD4 (véase La Noticia del Día 25/03/2014).
Las mejoras en el tratamiento y la atención han logrado que la infección por VIH no impida, en muchos casos, alcanzar una edad avanzada.
No obstante, en estos casos parece producirse una aparición precoz de las enfermedades asociadas al envejecimiento. Se desconocen los motivos exactos por los que esto sucede, pero entre ellos se cuentan los factores de riesgo clásicos (tabaquismo, obesidad, etc.), los efectos secundarios de la terapia antirretroviral, los efectos inflamatorios de la infección por VIH y el daño causado por la inmunosupresión.
En 2010, un equipo de investigación ubicado en Ámsterdam (Holanda), estableció una cohorte para estudiar la relación existente entre el VIH y las enfermedades asociadas al envejecimiento.
Sobre esa cohorte se desarrolló el estudio ahora presentado que comparó, por un periodo de dos años, la prevalencia de enfermedades asociadas al envejecimiento entre un grupo de personas con infección por VIH y un grupo control compuesto por personas seronegativas, ajustando los resultados de ambos grupos por sexo y edad.
También se examinaron factores de riesgo relacionados con un mayor riesgo de comorbilidad asociada a la edad.
La población del estudio incluyó a 540 personas con VIH en un grupo y a 524 personas seronegativas en el grupo control. Los grupos se ajustaron por edad, con una misma mediana de la edad (de 52 años).
La mayoría de los participantes eran varones que habían referido prácticas de sexo con otros hombres.
Aproximadamente un tercio de los participantes con VIH habían sido diagnosticados anteriormente de sida, pero durante el estudio la práctica totalidad estaba tomando terapia antirretroviral y la carga viral era indetectable.
La prevalencia de factores de riesgo cardiovascular –fumar, alta presión arterial, índice cintura-cadera, sedentarismo– fue significativamente mayor entre el grupo con VIH que en el grupo control.
La prevalencia total de comorbilidad relacionada con la edad también fue significativamente mayor entre el grupo de personas con VIH que en el grupo control, con una prevalencia media por participante de 1,3 frente a 1,0 (p menor 0,001).
Igualmente, en el primer grupo la probabilidad de tener varias enfermedades asociadas al envejecimiento fue significativamente mayor (p= 0,009).
Esta mayor prevalencia se dio para todos los grupos de edad considerados (50-55, 60-65, mayor de 65).
Además, el momento de aparición de cada enfermedad asociada al envejecimiento en personas con VIH fue, aproximadamente, cinco años anterior al observado entre aquellas seronegativas.
Considerando cada comorbilidad por separado, la prevalencia en el grupo de personas con VIH también fue significativamente superior en todos los casos, especialmente en el caso de la hipertensión (45 frente a 31%; p menor 0,001), infarto de miocardio (4 frente a 2%; p menor 0,018), enfermedad arterial periférica (3 frente a 1%; p menor 0,008) y disfunción renal (4 frente a 2%; p menor 0,044).
También se halló relación entre los factores de riesgo tradicionales (edad, hábito tabáquico, historia familiar e índice cintura-cadera) con mayor comorbilidad.
La infección por VIH actuó como factor de riesgo de forma independiente, aumentando el riesgo de padecer enfermedades asociadas al envejecimiento en más de un 50% (cociente de probabilidad [CP]: 1,58; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,23 - 2,03; p menor 0.001).
Al observarse explícitamente los factores de riesgo en el grupo con VIH se observó, en un primer momento, que un mayor periodo de infección por VIH (p menor 0,001), un mayor periodo recibiendo tratamiento antirretroviral (p menor 0,001) y un mayor periodo con un recuento de CD4 por debajo de 200 células/mm3 (p menor 0,001) aumentaban el riesgo de enfermedades asociadas a la edad.
No obstante, tras la eliminación de posibles factores de confusión, sólo se encontró estadísticamente significativo el tiempo de inmunosupresión.
También se halló una relación entre el riesgo de comorbilidad asociada a la edad y los marcadores de inflamación.
La infección por VIH se asocia con inflamación, activación del sistema inmunitario y alteraciones en la coagulación, considerados habitualmente como causantes de mayor comorbilidad tanto en personas con infección por VIH como en aquellas no infectadas por el virus.
El tiempo en tratamiento a dosis completa de Ritonavir (Norvir®) se encontró en el límite de la significación estadística.
Los autores concluyeron que los resultados del estudio apoyarían la hipótesis que relaciona la infección por VIH con el envejecimiento prematuro.
Queda como interrogante si esto se debe a que el VIH actúa como un factor de riesgo añadido a los tradicionales, aumentando la comorbilidad total, o si el VIH actúa directamente sobre la propia biología del envejecimiento.
Fuente: Aidsmap
Referencia: Schouten J et al. Cross-sectional comparison of the prevalence of age-associated comorbidities and their risk factors between HIV-infected and uninfected individuals: the AGEh IV cohort study. Clin Infect Dis, online edition, 2014.
Website Aidsmap:
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