En un estudio realizado sobre macacos se observó la remisión de las lesiones cerebrales tras aplicar el tratamiento.
Según una investigación publicada recientemente en PloS Pathogens, la utilización de un medicamento (que forma parte del tratamiento habitual de enfermedades inflamatorias, como la esclerosis múltiple o la enfermedad de Crohn) podría aislar los reservorios de VIH existentes en el cerebro y el intestino e impedir la diseminación del virus a partir de los mismos.
El medicamento, un anticuerpo monoclonal llamado natalizumab, es utilizado para el tratamiento de enfermedades como la esclerosis múltiple o la enfermedad de Crohn dada su capacidad para interferir en la respuesta inflamatoria.
El estudio pretendía comprobar si eran aplicables al caso del VIH los conocimientos obtenidos en el uso de este fármaco, cuyo objetivo es impedir el paso de determinadas células del sistema inmune al sistema nervioso (en el caso de la esclerosis múltiple) o al intestino (en el caso de la enfermedad de Crohn).
En esta ocasión, se quería comprobar si podría lograrse impedir la replicación del VIH en el cerebro al bloquear los mecanismos de diseminación, y si al hacerlo se revertiría el daño producido hasta ese momento.
El equipo de investigación llevó a cabo tratamientos de tres semanas de duración con natalizumab sobre macacos rhesus a los que cuatro semanas antes se había infectado con el virus quimérico símico-humano conocido como virus de la inmunodeficiencia humana símica (VIHS).
A lo largo del estudio, los investigadores observaron que las lesiones que se habían producido en el sistema nervioso central fueron revirtiendo.
Esto habría sido causado por el bloqueo de las integrinas, unas moléculas utilizadas por los linfocitos y monocitos, células del sistema inmunológico, para desplazarse hasta el cerebro y el intestino, donde se infectarían por los reservorios del virus.
Además, la reversión de las lesiones cerebrales muestra la posibilidad de frenar la diseminación del virus bloqueando el tránsito de estas células del sistema inmunológico hasta el cerebro.
En la realización de un segundo ensayo relacionado, el equipo de investigación llevó a cabo un tratamiento de tres semanas de natalizumab con animales iniciado desde el mismo momento de la infección experimental con el virus.
En este ensayo, comprobaron que se producía un bloqueo completo de la diseminación del virus al cerebro e intestinos, lo que parece confirmar el papel desempeñado por los monocitos en la expansión de la infección por el sistema nervioso y el de los leucocitos en la expansión por el intestino.
Los autores del estudio concluyeron que impidiendo la dispersión del virus por medio del bloqueo de los monocitos y los linfocitos se podría salvaguardar al cerebro de los daños producidos por el VIH.
Incluso en aquellos casos en que ya existan lesiones cerebrales, la aplicación del medicamento podría revertir el daño, lo que apoyaría la idea de que es necesaria una transmisión continua del virus hacia el sistema nervioso y hacia el intestino para mantener la infección y las lesiones.
Según los autores del estudio, el uso de este medicamento de forma conjunta con el actual tratamiento antirretroviral podría producir una acción combinada beneficiosa, de modo que, mientras los antirretrovirales impiden el progreso de la infección, el natalizumab aislaría los reservorios del virus.
No obstante, hay que recordar que esta no sería una posibilidad inmediata, ya que esta investigación aún se encuentra en la fase de estudios con animales y el paso al desarrollo de ensayos clínicos con humanos constituye un proceso lento y exigente.
Aún así, a pesar de la existencia de tratamientos antirretrovirales efectivos que permiten un mayor control de la infección por VIH, es necesaria la exploración de nuevas vías de tratamiento de cara a avanzar hacia la completa erradicación del virus del organismo, algo que los tratamientos actuales todavía no han conseguido.
La infección por VIH sigue produciendo importantes afectaciones y es responsable de riesgos sobre la salud de la persona, incluyendo daños en el sistema nervioso, enfermedades cardiovasculares y afectaciones intestinales, entre otras.
El desarrollo de una terapia antirretroviral efectiva ha permitido considerar objetivos más ambiciosos, como el logro de curas funcionales, para lo que es necesario afrontar el problema de los reservorios virales y el papel de las células del sistema inmunológico en el mantenimiento de los mismos.
La eliminación de estos reservorios es un requisito necesario para conseguir la tan deseada cura para la enfermedad.
Fuente: The Boston College Chronicle
Referencia: Campbell JH, Ratai E-M et al. (2014) Anti-α4 Antibody Treatment Blocks Virus Traffic to the Brain and Gut Early, and Stabilizes CNS Injury Late in Infection. PLoS Pathog 10(12): e1004533. doi:10.1371/journal.ppat.1004533.
Website PLoS Pathogens:
Website The Boston College Chronicle: