El documento que establece el marco de actuación del programa ha identificado una peor salud sexual y mental, así como tasas superiores de uso de tabaco, alcohol y otras drogas en este colectivo.
La agencia inglesa encargada de la salud pública y el bienestar social (Public Health England), dependiente del servicio nacional de salud británico (NHS, en sus siglas en inglés), ha publicado recientemente un documento que marca las líneas directrices de su plan de acción para la mejora de la salud de gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con otros hombres (HSH).
El documento señala distintas áreas en que estos hombres sufrirían peores condiciones de salud que la población general, incluidas la salud sexual, la prevención y atención de la infección por VIH, la salud mental y el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas.
Las autoridades británicas adoptan en este documento una perspectiva que pretende superar la concepción de la salud como un fenómeno individual para abordar los determinantes estructurales de la misma.
Para la elaboración de este plan de acción, que será ejecutado en el periodo 2015-2016, se han recopilado datos procedentes de distintas investigaciones que perfilan las desigualdades de salud de los HSH.
Así, este colectivo tendría el doble de riesgo de sufrir depresiones o ansiedad que otros hombres, el doble de riesgo de alcoholismo, mayor riesgo de tabaquismo, tasas superiores de enfermedades cardiovasculares, asma y diabetes y una menor tendencia a utilizar el sistema de salud o los servicios sociales. Igualmente, es frecuente que no revelen su identidad sexual en sus contactos con el sistema de salud.
Se atribuye la causa última de estas desigualdades de salud a un rango amplio de factores entre los que se incluyen la red familiar y social, la escuela, el lugar de trabajo, las organizaciones religiosas, los medios, la legislación y el marco sociocultural en que los hombres nacen, crecen y envejecen.
El documento explicita tres objetivos: Reducir el número de nuevas infecciones por VIH en HSH, reducir la tasa de tabaquismo en HSH en relación a la población masculina general (que en la actualidad es del 20% en hombres heterosexuales, 25% en hombres gays y 26% en hombres bisexuales) y disminuir la proporción de HSH que refieren utilizar drogas, incluyéndose aquí el uso no regulado de esteroides o las prácticas sexuales bajo la influencia de drogas.
La elección de estos objetivos vendría motivada por la disponibilidad de abundantes datos al respecto, obtenidos a partir de encuestas nacionales que incluían información sobre la orientación sexual de los participantes.
Se reconocen otros objetivos de interés cuyo abordaje se pospone por la ausencia de la información robusta necesaria para realizar un seguimiento fiable, como el acoso escolar, la salud mental o el abuso de alcohol.
El documento utiliza una perspectiva basada en el desarrollo de la persona a lo largo del tiempo, con enfoques específicos según el distinto punto del ciclo vital.
Considera, por ejemplo, el grado de apoyo percibido por un adolescente durante el desarrollo de su identidad sexual, y el impacto que este apoyo (o la ausencia del mismo) pueda tener sobre sus comportamientos y su salud en el largo plazo; o el aislamiento social que puedan sufrir las personas mayores y sus necesidades particulares de salud y cuidados.
De cara a reducir las infecciones por VIH el documento propone un enfoque holístico que considere de forma conjunta la salud mental, el consumo de drogas y la salud sexual.
Asimismo, se quiere poner el énfasis en el valor de las intervenciones sobre los determinantes generales que motivan las desigualdades de salud.
Esto incluiría la educación sexual en escuelas, intervenciones dirigidas a atajar la discriminación por motivo de orientación sexual o programas encaminados a promover redes sociales y creación de capital social orientados a HSH.
No obstante, el documento también ha generado críticas: A pesar de la denominación de “plan de acción”, el número de recomendaciones orientadas al cambio son limitadas, y prima la parte descriptiva.
En concreto, se señalan una serie de acciones que las autoridades sanitarias llevarán a cabo, pero dado que las decisiones de salud involucran distintos niveles y, en gran medida, al nivel local, la capacidad real de influencia de estas directrices puede ser limitada.
En el clima actual de contención presupuestaria y el contexto de escasa financiación de los programas preventivos del VIH existe un cierto escepticismo sobre el impacto real que estas intervenciones podrán alcanzar, así como sobre el grado de ejecución final.
En cualquier caso, la perspectiva basada en determinantes socioambientales de la salud, por encima de concepciones sanitarias meramente individualista, así como el énfasis en la promoción y la prevención a lo largo de toda la vida del sujeto, representa un enfoque más respetuoso con la persona, evitándose paradigmas culpabilizadores.
Esto puede servir para establecer las bases de la eliminación no sólo de las desigualdades de salud sino de otros problemas enquistados e insidiosos que sufren los HSH como la discriminación o la dificultad de acceso a recursos no solo sanitarios, sino también sociales, comunitarios y participativos.
Fuente: Aidsmap
Referencia: Public Health England. PHE action plan 2015-2016. Promoting the health and wellbeing of gay, bisexual and other men who have sex with men. PHE publications gateway number: 2014685. 2015
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