La ciencia lo tiene claro: la profilaxis pre exposición (PReP) con una co formulación de tenofovir, fumarato de disoproxil y emtricitabina (Truvada) reduce significativamente el riesgo de una infección de VIH entre individuos con alto riesgo de adquirir el virus.
Los nuevos hallazgos que han mostrado la eficacia de la PReP entre aquellos a quienes se les ha prescrito deberían ser motivo de celebración y de generación de acciones para asegurar el acceso a dicha profilaxis a aquellos para quienes puede ser más benéfica.
Sin embargo, a casi tres años de que la Agencia de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos aprobará el uso de tenofovir y emtricitabina para la PReP, poco se ha hecho para su implementación.
Con más de dos millones de nuevas infecciones de VIH cada año, ya es tiempo de cambiar esa situación.
Las pruebas randomisadas controladas y los estudios de “etiqueta abierta” en diversos países han mostrado la eficacia de la PrEP en los sectores con mayor riesgo a adquirir una infección de VIH como son los hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), las mujeres heterosexuales, los hombres con parejas serodiscordantes y los usuarios de drogas inyectables.
Recientemente, en la Conferencia de Infecciones Oportunistas y Retrovirus, los datos obtenidos de dos estudios, el PROUD, llevado a cabo en Reino Unido e Ipergay, realizado en Francia y Canadá, mostraron alta eficacia del PrEP en HSH.
En el caso del estudios Ipergay, el uso de tenofovir y emtricitabina antes y después del acto sexual redujo el riesgo una infección de VIH en 86 por ciento entre HSH con prácticas sexuales de riesgo.
Un tercer estudio, llamado el Proyecto de Demostración de Compañeros, en el cual participaban parejas heterosexuales serodiscordantes de Kenia y Uganda, reveló que el ofrecimiento de tratamiento antirretroviral al integrantes de la pareja VIH positivo y PrEP al miembro VIH negativo virtualmente elimina el riesgo de transmisión del virus.
La evidencia debería empujarnos a tener disponible la PrEP, de manera urgente, para todos aquellos que podrían ser sus beneficiarios.
La realidad es que el acceso a ella de manera universal está extremadamente limitado.
Los Estados Unidos son el único país que la tiene disponible. Los fabricantes de tenofovir-emtricitabina, Gilead Sciences, han aplicado para la aprobación de su uso en diferentes países sin obtener, hasta el momento, una respuesta positiva, debido a las acciones lentas de las autoridades sanitarias.
Proyectos para probar la eficacia de la PrEP existen aunque la mayoría son pequeños y limitados.
El costo de la implementación de dicha profilaxis sigue siendo motivo de preocupación.
Existen versiones genéricas de Truvada en la mayoría de los países de ingresos medio y bajo, sin embargo, sin el apoyo de donatarias y nuevos modelos de adquisición de antirretrovirales, la búsqueda de algunos países por expandir el acceso a la PrEP forzaría a limitar otras prioridades en materia de prevención y tratamiento del VIH.
Los retos son formidables. Nosotros, como líderes de la Sociedad Internacional de Sida y como investigadores clínicos, epidemiólogos y científicos de diversas áreas, estamos comprometidos con el principio de que todas las personas tienen derecho a la prevención y tratamientos efectivos contra el VIH.
Ahora que la PrEP ha demostrado su efectividad, creemos que la ampliación de la posibilidad a su acceso no sólo representa un llamado a la modificación de las políticas públicas sino un imperativo en materia de derechos humanos.
Hace quince años, la ampliación del acceso a los tratamientos antirretrovirales era el llamado en la Conferencia Internacional de Sida del año 2000, celebrada en Durban, Sudáfrica.
En aquel momento, había muchas voces escépticas y argumentos acerca de la factibilidad, costo – beneficio y la habilidad de los pacientes en países de bajos recursos para adherirse a una terapia antirretroviral.
Dichas preocupaciones no tuvieron sustento y ahora estamos cercanos a alcanzar la meta de suministrar medicamento a 15 millones de personas a finales de 2015.
Esto representan una extraordinaria historia de éxito sobre políticas de salud global que muy pocos imaginaban como posible en aquella época.
Hoy en día, mientras nos preparamos para regresar a Durban en 2016, con motivo de la 21 Conferencia Internacional de Sida, volvemos a encarar el reto de incrementar el acceso a intervenciones que salvan vida a pesar de las barreras desalentadoras.
La campaña global para ampliar el acceso al tratamiento para VIH ha probado que puede ser una realidad. Para 2016, a propósito de la Conferencia de Durban, desafiamos al mundo para actuar desde diferentes frentes a fin de mejorar el acceso a la PrEP.
Creemos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) debería proveer de manera más audaz un liderazgo en la materia.
La Organización debe endosar a la PrEP como una opción de prevención del VIH para toda la población en riesgo sustancial de una infección, incluidas las mujeres en riesgo y los usuarios de drogas, e implementar una estrategia de trabajo, tal y como lo ha hecho el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos.
Gilead Sciences y los gobiernos deberían trabajar en conjunto para acelerar la aprobación del tenofovir – emtricitabina como PrEP.
Gilead debería presentar la petición de aprobación en países donde la PrEP pueda tener un gran impacto. Por otra parte, las autoridades regulatorias deben revisar de manera expedita la situación.
Además, Gilead y sus socios para producir y distribuir medicamentos genéricos deberían continuar trabajando en reducir el costo de la combinación de tenofovir y emtricitabina a escala global con atención especial a los países de ingresos bajos y medios.
Los gobiernos y donatarios deben trabajar en conjunto para desarrollar estrategias para integrar la PrEP a los planes nacionales de salud así como asegurar el fondeo económico necesario para que sea un método de prevención.
La PrEP debe tener un nivel prioritario de acuerdo con la poderosa evidencia científica que la respalda.
En varios casos, nuevos recursos deberán ser asignados para solventar la implementación de la profilaxis.
Sin embargo, la implementación de la PrEP no debe representar un gasto para otras áreas claves para la prevención del VIH y otros programas de salud clave.
La protección de los derechos humanos debe ser parte central de los planes que permitirán la disponibilidad de la PrEP.
Los hombres que tienen sexo con otros hombres, los usuarios de drogas inyectables, las trabajadoras sexuales y otros deben poder acceder a la profilaxis sin miedo a la discriminación, el estigma, o incluso, sanciones legales.
Esfuerzos educativos significativos serán requeridos no sólo para estimular la demanda de la PrEP sino también para contrarrestar la información errónea que existe sobre el método de prevención.
Finalmente, investigación operacional y proyectos que demuestren el número y el alcance de la PrEP necesitan ser llevados a cabo para direccionar su implementación en aspectos como maximizar su consumo, apoyar la adherencia (especialmente entre mujeres), expandir su uso a las y los adolescentes e integrar deliberadamente la profilaxis en los sistemas de salud.
Por mucho tiempo, el mundo ha aceptado la noción de que los avances científicos en materia de salud tomarán años, si no décadas, en llegar a las naciones de ingresos bajos.
Después de un período de progreso sin precedentes en el tratamiento, prevención y otros retos alrededor del VIH, sabemos que no sólo es necesario sino posible mantener el ritmo de producción de avances científicos.
La PrEP es una poderosa herramienta que se suma a nuestro arsenal de prevención del VIH y que puede salvar muchas vidas.
Tenemos que tomar acciones ahora para fortalecer y hacer más consistente la evidencia sobre la eficacia de la PrEP en el terreno técnico.
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