Silimarina, además, podría revertir el desarrollo de hígado graso en casos leves o moderados.
Dos estudios presentados en el Congreso Internacional del Hígado (EASL 2015), celebrado el mes pasado en Viena (Austria), han investigado la utilidad de dos extractos naturales –silimarina del cardo mariano y capsaicina del pimiento picante– en el manejo de la fibrosis hepática y el hígado graso, dos condiciones asociadas a la progresión de diversas patologías hepáticas tales como la infección por el virus de la hepatitis C (VHC).
El primero de los estudios, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Malasia en Kuala Lumpur, contó con la participación de 64 personas con esteatosis hepática (acumulación de grasa en el hígado). Más de la mitad eran mujeres y el promedio de la edad era de 50 años.
La mayoría tenía esteatosis de grado 2 (moderada), una menor proporción tenía esteatosis de grado 1 (leve) y el menor porcentaje lo representaron aquellas personas con esteatosis de grado 3 (grave).
La mayor parte de los participantes tenia fibrosis hepática ausente o leve (estadios F0 o F1 según la escala Metavir), pero un tercio tenía fibrosis avanzada (estadio F3 según la misma escala).
Los investigadores evaluaron la funcionalidad hepática según la puntuación sobre la actividad NAFLD (esteatohepatitis no alcohólica, en sus siglas en inglés). Dicho sistema de puntuación incluye parámetros tales como el porcentaje de células hepáticas que acumulan grasa, los cambios morfológicos de dichas células y el grado de inflamación, y arroja resultados comprendidos entre 0 y 8.
El promedio entre los participantes fue una puntuación de 5 (dos tercios de ellos presentaban puntuaciones comprendidas entre 5 y 8).
Los participantes fueron distribuidos aleatoriamente a recibir 700mg de silimarina 3 veces al día o placebo durante 48 semanas, junto a consejo asistido sobre factores relativos al estilo de vida tales como dieta o pérdida de peso.
Al finalizar el estudio se llevaron a cabo biopsias hepáticas.
En el grupo con silimarina, el 33% de las personas experimentaron aumentos de, al menos, un 30% en la puntuación sobre la actividad NAFLD a las 48 semanas de estudio.
El porcentaje fue del 21% en el grupo con placebo (diferencia no significativa).
Una proporción de personas que tomaron silimarina significativamente superior a la de quienes tomaron placebo experimentaron la resolución de la esteatosis hepática (disminución de la puntuación de la actividad NAFLD hasta menos de 3) durante el seguimiento (13 y 0%, respectivamente).
Un porcentaje del grupo con silimarina significativamente superior al de placebo experimentó descensos en el grado de fibrosis hepática (37 y 15%, respectivamente).
Además, los 4 casos de progresión a cirrosis detectados en el estudio tuvieron lugar en el grupo con placebo.
El segundo de los estudios, llevado a cabo por investigadores belgas, investigó los efectos de la administración de capsaicina (la sustancia que da el sabor picante a los pimientos rojos) sobre las células estrelladas hepáticas (también conocidas como células de Ito), las cuales juegan un papel esencial en el desarrollo y progresión de la fibrosis hepática.
La capsaicina ha evidenciado en algunos estudios la capacidad de afectar a la activación, proliferación y migración de las células estrelladas hepáticas.
El estudio se llevó a cabo con roedores, que recibieron suplementos alimenticios con capsaicina (0,01%) y a quienes se indujo de forma artificial fibrosis hepática.
Tras 7 días de exposición a capsaicina, los investigadores evaluaron los resultados que la suplementación había producido.
En comparación con aquellos roedores que recibieron placebo, los que recibieron capsaicina experimentaron mejoras en el conducto biliar, menores deposiciones de colágeno en el tejido hepático (depósitos fundamentales para el desarrollo de la fibrosis) y menores áreas de necrosis (tejido hepático muerto).
Entre los roedores en los que la fibrosis se indujo por medio de exposición a tetracloruro de carbono, la capsaicina protegió el desarrollo de fibrosis cuando se administró antes del tóxico, pero no cuando se administró con posterioridad.
Los resultados de ambos estudios son interesantes y muestran el potencial que el uso de capsaicina y/o el de silimarina podrían tener en el contexto de las enfermedades hepáticas en general y de la infección por VHC en particular.
Además del papel que podrían desempeñar en personas con infección activa, su uso podría ser interesante en aquellas personas que lograron curarse y se encuentran en proceso de regeneración del tejido hepático, proceso que puede ser especialmente lento en quienes se han curado en estadio de cirrosis hepática.
Fuente: HIVandHepatitis
Referencias: WK Chan, NR Nik Mustapha, S Mahadeva, et al. Silymarin for the treatment of non-alcoholic steatohepatitis: interim analysis of a randomized, double-blind, placebo-controlled trial. 2015 International Liver Congress: 50th Annual Meeting of the European Association for the Study of the Liver (EASL). Vienna, April 22-26, 2015. Abstract LP12 (Página 269) ◄
S Bitencourt, L Stradiot, S Verhulst, et al. Inhibitory effect of dietary capsaicin on liver fibrosis in mice. 2015 International Liver Congress: 50th Annual Meeting of the European Association for the Study of the Liver (EASL). Vienna, April 22-26, 2015. Abstract P0446 (Página 480) ◄
Website HIVandHepatitis:
Website International Liver Congress (EASL 2015):