Las muertes relacionadas con la enfermedad del hígado graso asociado a la disfunción metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés) han aumentado en las últimas dos décadas y se prevé que sigan aumentando hasta 2040, según un nuevo estudio publicado en JAMA Network Open.
Las tasas de mortalidad aumentaron con mayor rapidez en ciertos grupos demográficos, lo que pone de relieve la necesidad de realizar pruebas de detección e intervenciones específicas, incluyendo nuevos medicamentos.
“Estos hallazgos podrían orientar la práctica médica y la salud pública para abordar las tendencias de aumento de la mortalidad relacionada con MASLD y la identificación oportuna de poblaciones de alto riesgo para intervenciones que reduzcan la mortalidad relacionada con MASLD en Estados Unidos”, escribieron los investigadores.
La MASLD y su forma más grave, la esteatohepatitis asociada a la disfunción metabólica (MASH, por sus siglas en inglés), son responsables de una proporción cada vez mayor de enfermedades hepáticas avanzadas en todo el mundo.
Con el tiempo, la acumulación de grasa en el hígado puede provocar fibrosis, cirrosis y cáncer de hígado. La enfermedad del hígado graso se asocia con la obesidad, la diabetes tipo 2 y otras enfermedades metabólicas.
Con un solo medicamento aprobado, su control depende en gran medida de cambios en el estilo de vida, como la pérdida de peso y el ejercicio.
El Dr. Xinrong Zhang, del Centro Médico de la Universidad de Stanford, y sus colegas analizaron las tendencias de mortalidad relacionada con MASLD entre 2006 y 2023, así como las tasas futuras previstas hasta 2040.
El equipo accedió a datos del Sistema Nacional de Estadísticas Vitales, que incluían a 27.961 personas mayores de 25 años con muertes atribuidas a MASLD.
Más de la mitad (55 %) tenía al menos 65 años, el 55 % eran mujeres, el 79 % eran blancas, el 12 % eran latinas y el 5,3 % eran negras.
Para evaluar las tendencias de mortalidad por MASLD, los investigadores analizaron el cambio porcentual anual promedio (PCPA) en las tasas de mortalidad estandarizadas por edad (TMAE) por cada 100.000 personas.
Entre 2006 y 2023, la TMAE aumentó de 0,25 a 1,27 muertes por cada 100.000 personas. Los cambios porcentuales anuales generalmente aumentaron con el tiempo, de +9,27 % entre 2006 y 2018 a +22,66 entre 2018 y 2021, aunque hubo una pequeña disminución (-1,23 %) entre 2021 y 2023.
Con base en estas tendencias, se espera que la ASMR alcance 2,24 muertes por cada 100.000 personas para 2040.
Las personas de 65 años o más presentaron la tasa de mortalidad más alta (3,69 muertes por cada 100.000 habitantes en 2024) y el aumento más pronunciado, con una variación porcentual anual promedio del +15,34 %.
Se prevé que la tasa de mortalidad para este grupo de edad alcance 7,12 en 2040. Sin embargo, incluso los adultos más jóvenes de 25 a 44 años experimentaron un aumento del +2,65 %.
No se observaron diferencias significativas entre hombres y mujeres en las tasas de mortalidad (ASMR) ni en la variación porcentual anual.
Las personas blancas experimentaron el mayor aumento de la ASMR (con una tasa de mortalidad anual promedio (AAPC) del +11,12 %), seguidas de las personas latinas (AAPC +10,67 %), negras (AAPC +9,20 %) y asiáticas (AAPC +7,97 %). Se prevé que las tendencias aumenten en todas las etnias para 2040.
Todos estos grupos presentaron tendencias de aumento proyectadas similares hasta 2040. Además, la mortalidad por MASLD aumentó más rápidamente en las zonas rurales que en las regiones metropolitanas, con una variación porcentual anual promedio del +13,5 %.
Las proyecciones para 2040 se basan en un conjunto de circunstancias que impulsan la mortalidad por MASLD prácticamente sin cambios.
Sin embargo, es probable que la aprobación y el uso de nuevas terapias alteren considerablemente la trayectoria actual de estas tendencias.
“Estos cambios tienen profundas implicaciones para las políticas de salud pública y la asignación de recursos.
La aparición de nuevas terapias exige una recalibración de las estrategias de intervención para MASLD, donde la rentabilidad se convierte en un factor crucial”, escribieron Pere Ginès, MD, PhD, del Hospital Clínic de Barcelona, España, y sus colegas en un comentario invitado sobre el estudio.
“A medida que nuevos tratamientos se comercializan, deben compararse no solo con el statu quo, sino también entre sí en términos de beneficio clínico y viabilidad económica”.
Website JAMA Network Open:
https://jamanetwork.com/journals/jamanetworkopen