Un nuevo estudio aporta más evidencia científica al debate contra la exclusión de las personas inmigrantes sin residencia legal de la sanidad pública.
Según un estudio cuyos resultados se han publicado en la edición electrónica de la revista AIDS, en personas inmigrantes con VIH que viven en países ricos se observan tasas de enfermedades definidoras de sida durante el primer año de tratamiento antirretroviral significativamente más elevadas que en el resto de pacientes con VIH.
La diferencia es debida, sobre todo, a las mayores tasas de tuberculosis halladas entre los colectivos migrantes.
Los resultados de este estudio ponen en evidencia la importancia de no excluir de la sanidad pública a las personas inmigrantes en general y aquellas con enfermedades crónicas graves, como el VIH, en particular.
Asimismo, la investigación pone el acento en mejorar el cribado de la tuberculosis en personas inmigrantes con VIH que empiezan el tratamiento antirretroviral.
La aplicación del Real Decreto-ley 16/2012 de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones ha supuesto la pérdida de la cobertura sanitaria pública en España para un gran número de personas que no pueden acreditar la condición de asegurado o beneficiario por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).
Entre estas personas se incluyen los colectivos de inmigrantes en situación administrativa irregular y que, hasta el 31 de agosto de 2012, podían disfrutar de su derecho a la salud en igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía.
Con la nueva normativa, solo tienen derecho a atención de urgencias, parto, posparto y pediatría. ?
Poco antes de la entrada en vigor del nuevo marco regulatorio, la ministra de Sanidad, Ana Mato, declaró que nadie iba a quedar desatendido y que, además, se iban a garantizar los tratamientos de urgencia y el seguimiento de las enfermedades crónicas “para extranjeros sin cobertura asistencial y sin residencia legal".
Sin embargo, lo cierto es que, a día de hoy, personas inmigrantes con VIH en situación administrativa irregular continúan teniendo en España dificultades para poder acceder a la atención y el tratamiento de su enfermedad.
Incluso en algunas comunidades autónomas que han decidido no aplicar el Real Decreto-ley y se han comprometido, por razones de salud pública, a garantizar la cobertura sanitaria a las personas extranjeras, el sistema de acceso que han diseñado implica un agravio comparativo respecto al resto de la ciudadanía.
El Grupo para el Estudio del Sida (GeSIDA) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) evaluó en un estudio reciente el impacto y las consecuencias indeseables que implicaría la aplicación del Real Decreto-ley para la salud de los inmigrantes con VIH.
De acuerdo con los expertos, el aumento esperable de la morbimortalidad como consecuencia de dejar de tratar a este colectivo supondría un mayor coste en la atención de los pacientes, coste que se vería incrementado aún más en los sujetos más inmunodeprimidos.
Por consiguiente, los expertos de GeSIDA consideran que la aplicación del Real Decreto-ley significaría un ahorro económico menor muy inferior al esperado a corto plazo e impactaría de forma negativa en la salud pública del Estado español, y muy especialmente en la de los pacientes infectados por VIH que queden desatendidos, aumentando los gastos sanitarios a medio-largo plazo y alejando al país de los objetivos de salud a los que internacionalmente se ha comprometido.
El estudio cuyos resultados ahora se publican proporciona más indicios sobre la importancia no solo de seguir ofreciendo atención y tratamientos a las personas inmigrantes con VIH en situación administrativa irregular, sino también de mejorar el proceso de cribado inicial de estos pacientes.
Las tasas de morbilidad y mortalidad asociadas a enfermedades definidoras de sida han descendido de forma espectacular en los países ricos gracias a los avances que se han ido produciendo en el diagnóstico, el cuidado y el tratamiento del VIH.
Con todo, en países con recursos limitados, muchas personas siguen falleciendo como consecuencia de estas enfermedades, incluso pacientes que acaban de empezar el tratamiento antirretroviral.
Un gran número de nuevas infecciones por VIH en países ricos se produce en personas originarias de otras zonas geográficas; por ejemplo, en España, de los 2.763 nuevos casos registrados en 2011, un 37% se dieron entre el colectivo de inmigrantes.
Por esta razón, investigadores de Europa, Canadá y EE UU quisieron evaluar si las tasas de enfermedades asociadas a sida y muerte diferían entre pacientes inmigrantes y autóctonos en los primeros 12 meses tras el inicio de la terapia antirretroviral.
Para tal fin, los autores de esta investigación analizaron los resultados obtenidos de 12 estudios de cohorte, lo que permitió evaluar una población de más de 48.000 pacientes que habían empezado el tratamiento antirretroviral entre 1996 y 2009.
Un poco más de una cuarta parte de los participantes (26%) eran personas inmigrantes que procedían del África subsahariana (16%); Latinoamérica (6%); África del Norte/Oriente Medio (2%); y Asia (2%).
En comparación con los pacientes autóctonos, los inmigrantes eran más jóvenes (con una mediana de edad de 34 años frente a 38 años); más propensos a ser mujeres (51% frente a 22%); y a haberse infectado por VIH por vía heterosexual (76% frente a 33%).
Durante el primer año de tratamiento antirretroviral, alrededor de 2.300 participantes (5%) desarrollaron una enfermedad definidora de sida.
La incidencia general de este tipo de enfermedades fue de 61 por 1.000 persona-años.
No obstante, dicha tasa fue significativamente más elevada entre las personas inmigrantes (70 por 1.000 persona-años) que entre las autóctonas (58 por 1.000 persona-años).
Tras tomar en consideración otros factores que podrían afectar al riesgo de progresión de la infección por VIH, los investigadores hallaron que las personas inmigrantes con VIH tuvieron un 21% más de probabilidades de recibir un diagnóstico de sida que los pacientes autóctonos (cociente de riesgo [CR]: 1,23; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,08-1,40).
Las tasas de mortalidad durante el primer año de tratamiento fueron algo más bajas en pacientes inmigrantes que en autóctonos.
Sin embargo, esta diferencia se explica, en gran medida, por la mayor edad de los pacientes autóctonos (40 frente a 30 años).
Tras tenerlo en cuenta, las tasas de mortalidad fueron similares en los dos grupos.
Los investigadores también examinaron el riesgo de enfermedades definidoras de sida específicas y encontraron que los inmigrantes tuvieron casi dos veces más probabilidades que los autóctonos de ser diagnosticados de tuberculosis (CR: 1,94; IC95%: 1,53-2,46).
La incidencia de tuberculosis fue especialmente elevada en pacientes procedentes del África subsahariana (16 por 1.000 persona-años); de África del Norte/Oriente Medio (16 por 1.000 persona-años) y de Latinoamérica (12 por 1.000 persona-años).
“La tuberculosis fue la enfermedad definidora de sida más habitual entre las personas inmigrantes durante el primer año de tratamiento”, concluyen los investigadores.
Consideran que sus resultados tienen implicaciones importantes en el cuidado de los pacientes, ya que apuntan a la necesidad de mejorar el cribado de la tuberculosis antes de iniciar el tratamiento antirretroviral.
Además, según los expertos, los resultados "plantean también cuestiones relativas a la elección de la pauta inicial entre las personas inmigrantes, dadas las interacciones bien conocidas entre los medicamentos contra la tuberculosis y los inhibidores de la proteasa".
Asimismo, se observaron tasas elevadas entre los pacientes inmigrantes con VIH de varias otras enfermedades definidoras de sida, entre las que se incluyen criptococosis, sarcoma de Kaposi y candidiasis.
"En este gran estudio de pacientes con VIH que comienzan tratamiento antirretroviral en varios lugares [...] las personas que habían emigrado de África, Latinoamérica u Oriente Medio tienden a tener tasas más elevada de enfermedades definidoras de sida durante el primer año de tratamiento", concluyen los investigadores.
Y añaden que estos resultados podrían influir en la detección de enfermedades definidoras específicas entre los colectivos inmigrantes antes de iniciar el tratamiento antirretroviral en países de ingresos altos.
Además, estos hallazgos subrayan por otra parte la importancia de no excluir de la atención sanitaria pública ni poner dificultades en el acceso a los inmigrantes con VIH que se encuentran en situación administrativa irregular.
Dicha exclusión podría provocar la progresión de la infección y, en el peor de los casos, la muerte, y tener consecuencias graves para la salud del resto de la ciudadanía.
Fuente: Aidsmap.
Referencias: Shepherd BE, et al. Higher rates of AIDS during the first year of antiretroviral therapy among migrants: the importance of tuberculosis. AIDS 27, online edition. DOI: 10.1097/QAD.0b013e32835faa95, 2013.
Pérez-Molina JA, Pulido Ortega F, Grupo de Estudio del Sida (GeSIDA) de la SEIMC. Evaluación del impacto del nuevo marco legal sanitario sobre los inmigrantes en situación irregular en España: el caso de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2012;30:472-8. - vol.30 núm 08.
Articulo:
Articulo Original Aidsmap:
Abstract Original Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes:
Website Aidsmap:
Website Grupo para el Estudio del Sida (GeSIDA):
Website Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC):