Acabar con la violencia contra las mujeres es esencial para erradicar el sida.
En esta jornada en la que honramos a las mujeres, me voy a dirigir directamente a los hombres.
Como maridos y compañeros, hermanos e hijos, debemos ser parte de la solución para construir un mundo en el que mujeres y hombres sean iguales.
Un mundo igualitario es aquel en el que todas las mujeres y hombres tienen acceso a la prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH.
Es aquel en el que mujeres y hombres pueden protegerse del virus de forma igualitaria.
Y es aquel en el que las mujeres y las niñas tienen libertad para desarrollar su máximo potencial, sin miedo a que los hombres ejerzan la violencia sobre ellas.
Acabar con la violencia contra las mujeres no es solo una necesidad inmediata propia de los derechos humanos; es esencial para erradicar el sida.
Hasta 7 de cada 10 mujeres son víctimas de la violencia a lo largo de su vida.
La violencia o el miedo a ella puede evitar que las mujeres negocien un sexo más seguro.
Al mismo tiempo, las mujeres que viven con el VIH suelen ser más vulnerables a la violencia, lo que puede impedir que accedan al tratamiento y a la atención relacionados con el VIH que necesitan.
A día de hoy, la mitad de todas las personas que viven con el virus son mujeres.
Cada minuto, una mujer joven contrae el VIH, y esto es inaceptable.
Solo cuando valoremos la salud y el bienestar de una niña tanto como la de un niño, solo cuando escuchemos y actuemos de igual forma ante la voz de las mujeres, entonces podremos tener una oportunidad de acabar con esta epidemia.
En este Día internacional de la mujer, cuento con vosotros para permanecer unidos como comunidades humanitarias.
Alcancemos una dignidad común, un respeto mutuo y un compromiso renovado para acabar con la violencia contra las mujeres y las niñas.
Mensaje del director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, en el Día internacional de la Mujer: