Un estudio estadounidense publicado en la edición del 15 de mayo de Clinical Infectious Diseases ha concluido que, en personas con VIH coinfectadas por el virus de la hepatitis C (VHC), el consumo de alcohol –incluso a niveles considerados no dañinos en la población general- incrementaría notablemente el riesgo de sufrir fibrosis avanzada.
El estudio contó con la participación de personas que recibían atención médica a través del Sistema de Salud para Veteranos de Connecticut (EE UU).
El estudio, de tipo transversal, analizó el consumo de alcohol reportado por los participantes en el momento de su inclusión en el Estudio de Cohorte sobre Envejecimiento de Veteranos (VACS).
En la evaluación se utilizó el Cuestionario de Identificación de los Trastornos por Consumo de Alcohol (AUDIT-C, en sus siglas en inglés). Dicho cuestionario fue desarrollado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las respuestas obtenidas generaron tres categorías de participantes: consumo de alcohol no dañino, consumo dañino o excesivo intermitente (tipo bebedor de fin de semana) y alcoholismo.
Del total de los participantes, 701 presentaban coinfección por VIH y VHC, 1.410 infección únicamente por VIH, 296 solo tenían VHC y 1.158 no estaban infectados ni por VIH ni por VHC. Independientemente del estado serológico frente al VIH o al VHC, la probabilidad de presentar fibrosis hepática avanzada aumentó conforme aumentaba el consumo de alcohol.
Sin embargo, el grupo en el que se observó una relación más marcada entre consumo de alcohol y presencia de fibrosis hepática avanzada fue el de personas coinfectadas por VHC y VIH.
Así, las personas coinfectadas con consumo de alcohol a niveles no dañinos, respecto a las no infectadas con un consumo de alcohol similar, presentaron un riesgo de desarrollar fibrosis hepática avanzada 14 veces superior.
En el caso de personas con consumo dañino o excesivo intermitente, el riesgo en coinfectados era 19 veces superior al de personas no infectadas con consumo de alcohol a niveles no dañinos.
Aquellas personas coinfectadas con diagnóstico de alcoholismo presentaron un riesgo de desarrollar enfermedad hepática avanzada 25 veces superior al de no infectados con consumo no dañino de alcohol.
En personas infectadas únicamente por VIH, dentro de cada uno de los tres grupos de consumo de alcohol, el riesgo de sufrir enfermedad hepática avanzada era superior al de aquellas personas no infectadas por VIH o VHC con consumo de alcohol similar.
Así, entre las personas con consumo no dañino de alcohol, el porcentaje de personas con fibrosis hepática avanzada fue del 6,7 y el 1,4% en personas con o sin VIH, respectivamente; entre aquellas con consumo dañino o excesivo intermitente, los porcentajes fueron del 9,5 y del 3,0%, respectivamente y en personas con alcoholismo, los porcentajes fueron del 19,0 y el 8,6%, respectivamente.
En personas infectadas únicamente por VHC también se observó el mismo fenómeno respecto a aquellas no infectadas por VIH ni VHC, pero con una diferencia superior.
Así, entre las personas con consumo no dañino de alcohol, el porcentaje de personas con fibrosis hepática avanzada fue del 13,6 y el 2,5% en personas con o sin VHC, respectivamente; entre aquellas con consumo dañino o excesivo intermitente, los porcentajes fueron del 18,2 y del 3,1%, respectivamente; y en personas con alcoholismo, los porcentajes fueron del 22,1 y el 6,5%, respectivamente.
Los resultados del presente estudio muestran cómo el alcohol y las infecciones crónicas tales como las causadas por el VIH, el VHC o ambos virus de forma simultánea se potencian en su capacidad para dañar el hígado.
En el caso de la hepatitis C, el mecanismo por el cual afecta a la toxicidad del alcohol es obvio, ya que el propio virus daña el hígado.
En el caso del VIH, sin embargo, el mecanismo no sería tan directo. Probablemente, la metabolización crónica de antirretrovirales consumidos a diario sería una de las causas y el estado de inflamación crónica asociada a la infección crónica por VIH, que genera sustancias que favorecen la fibrosis, podría también formar parte de dicho mecanismo.
El presente estudio debería ser tenido en cuenta a la hora de establecer recomendaciones relativas al consumo de alcohol en personas con VIH y/o VHC, tanto por parte de los profesionales sanitarios como a nivel comunitario, con el objeto de promover un consumo más seguro.
Fuente: HIVandHepatitis
Referencia: Lim JK, Tate JP, Fultz SL, V Lo Re, et al. Relationship Between Alcohol Use Categories and Noninvasive Markers of Advanced Hepatic Fibrosis in HIV-Infected, Chronic Hepatitis C Virus-Infected, and Uninfected Patients. Clinical Infectious Diseases 58(10):1449-1458. May 15, 2014.
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