Los investigadores desconocen el porqué del efecto protector del virus sobre la aparición de este cáncer.
Las personas con VIH siguen presentando un incidencia de cánceres no definitorios de sida muy superior a la observada en la población general (véase La Noticia del Día 07/02/2014).
Sin embargo, dicha apreciación no sería aplicable para todos los tipos de cáncer de acuerdo con un nuevo estudio publicado en el Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes.
Una investigación estadounidense ha mostrado que la incidencia de cáncer de próstata es significativamente más baja en hombres con VIH que en varones que no tienen dicho virus.
Gracias al uso de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA), la supervivencia de las personas con VIH es cada vez mayor.
De hecho, las enfermedades asociadas al envejecimiento se han convertido en la actualidad en una causa cada vez más importante de morbilidad en esta población de pacientes.
Por ejemplo, el diagnóstico de cáncer de próstata ha experimentado un incremento cinco veces mayor en varones con VIH entre 1991 y 2005.
A pesar de ello, la infección por VIH se ha asociado con una disminución de un 20-25% del riesgo de desarrollar cáncer de próstata que los expertos han querido explicar como una consecuencia de una tasa más baja de detección de dicho cáncer en estos pacientes.
Un equipo de investigadores de Kaiser Permanente en California quiso examinar si la infección por VIH realmente se asocia con una disminución del riesgo de recibir un diagnóstico de cáncer de próstata, y si esto podría ser debido una tasa más baja de la prueba del antígeno prostático específico (PSA en sus siglas en inglés), una proteína producida por las células de la glándula prostática.
El análisis del PSA mide la concentración del PSA en la sangre de un hombre y se utiliza como prueba de detección del cáncer de próstata.
Cuanta más elevada sea la concentración del PSA en un hombre, mayor será la posibilidad de que tenga cáncer de próstata.
Los investigadores diseñaron un estudio de caso y control en el que a cada pacientes con VIH se lo comparó con 10 controles seronegativos que habían recibido atención el mismo año y en el mismo centro hospitalario y tenían la misma edad.
Se comparó la incidencia de cáncer de próstata entre varones con y sin VIH ajustando los resultados por potenciales factores de confusión tales como edad, origen étnico, tabaquismo, uso de alcohol y drogas, diabetes y niveles de testosterona.
Se recopilaron también datos sobre las tasas de detección del cáncer de próstata entre los hombres del norte de California que participaban en el estudio.
Los participantes comenzaron a recibir atención con posterioridad a 1996 (sur de California) o a 2000 (norte de California). El estudio incluyó un total de 17.424 pacientes con VIH y 182.799 hombres seronegativos que recibieron un seguimiento clínico durante una media de 4,2 y 5 años, respectivamente.
Los grupos estuvieron equilibrados en cuanto a la edad de los participantes.
Sin embargo, los hombres con VIH tuvieron más probabilidades que los hombres sin VIH de ser caucásicos o afroamericanos, de haber fumado o fumar (39 frente a 23%), de consumir de forma abundante alcohol (12 frente a 7%) y drogas (15 frente a 4%), y de tener déficit de testosterona (13 frente a 1%).
No se observaron diferencias significativas en cuanto a la prevalencia de diabetes u obesidad entre los dos grupos.
Casi dos terceras partes de los participantes (62%), fueron hombres que practican sexo con otros hombres (HSH).
Sólo un 42% de los individuos con VIH estaban tomando tratamiento antirretroviral en el momento de entrar en el estudio.
Al final del seguimiento, un 76% estaban ya en tratamiento antirretroviral, con un recuento medio de células CD4 de 466 células/mm3 y con una carga viral por debajo de 500 copias/ml.
Los resultados muestran que 74 hombres con VIH y 1.195 sin VIH fueron diagnosticados de cáncer de próstata.
Se observaron ciertas diferencias importantes de acuerdo con el estado serológico frente al VIH.
Por ejemplo, los hombres seropositivos tuvieron más probabilidades de ser diagnosticados en fases menos avanzadas de cáncer (estadio II: 95,2 frente a 89,5%; estadio III-IV: 4,8 frente a 10,5%) y fueron más proclives a tener cáncer localizado (93 frente a 83%) frente a cáncer regional/distal (3 frente a 14%).
También las concentraciones de antígeno prostático específico fueron más bajas en hombres con VIH que en los seronegativos (10 frente a 17%).
La incidencia general de cáncer de próstata fue de 102 por 100.000 persona-años en hombres con VIH en comparación con 132 por 100.000 persona-años en varones seronegativos.
Tras controlar los resultados por potenciales factores de confusión, los investigadores hallaron que los hombres con VIH tuvieron una disminución de un 27% del riesgo de desarrollar cáncer de próstata (cociente de tasas: 0,73; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,57- 0,92).
La asociación entre infección por VIH y riesgo reducido de cáncer de próstata fue más sólida en el caso de los cánceres en fase avanzada (estadio III/IV: cociente de tasas = 0,28; IC95%: 0,009-0,90; cánceres de tipo regional/distal: cociente de tasas = 0,28; IC95%: 0,60-1,01).
No obstante, también se observó una reducción del riesgo en las formas menos graves de cáncer de próstata entre los participantes con VIH (estadio II: cociente de tasas = 0,77; IC95%: 0,60-1,01; cánceres localizados: cociente de tasas = 0,81; IC95%: 0,63-1,05).
Según los investigadores, la diferencias observadas entre los dos grupos del estudio no pueden explicarse únicamente por una tasa más baja de detección del cáncer de próstata entre los hombres con VIH.
De hecho, los resultados del estudio muestran una elevada proporción tanto de hombres seropositivos como seronegativos de 55 años de edad que se sometieron a la prueba del antígeno prostático específico.
Cuando los investigadores limitaron sus análisis a un subgrupo de hombres del norte de California que se habían realizado todos la prueba de detección del cáncer de próstata, pudieron observar, tras ajustar los resultados, que los hombres con VIH continuaban teniendo un riesgo significativamente reducido de cáncer de próstata (cociente de tasas= 0,55; IC95%: 0,39-0,80).
En sus conclusiones, los investigadores sugieren que esta incidencia más baja de cáncer de próstata observada en hombres con VIH debe atribuirse a otros factores distintos a la menor tasa de cribado del antígeno prostático específico en esta población de pacientes.
De acuerdo con los resultados de este estudio, ninguna característica propia del VIH se relaciona con el riesgo de cáncer de próstata.
Tanto en hombres seropositivos como en los seronegativos, el riesgo de cáncer se ve aumentado por factores tales como el envejecimiento (p=0,001) y también el origen étnico (negro frente a blanco).
Los interrogantes persisten. Por ello, los investigadores solicitan continuar investigado las razones de por qué los hombres con VIH tienen un riesgo más reducido de desarrollar cáncer de próstata.
Fuente: Aidsmap
Referencia: Marcus JL, Chao ChR, Leyden WA, et al. Prostate cancer incidence and prostate-specific antigen testing among HIV-positive and HIV-negative men. J Acquir Immune Defic Syndr, online edition. DOI: 10.1097/QAI.0000000000000202, 2014.
Website Aidsmap:
Website Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes (JAIDS):
http://journals.lww.com/jaids/pages/