Un equipo de investigadores de Gladstone Institutes (California, EE UU) ha hecho públicos recientemente sus hallazgos, publicados en la revista Cell Reports, en los que han demostrado que, durante la infección por VIH, la mayor parte de las muertes de las células del sistema inmunitario se deben a un mecanismo defensivo iniciado por las propias células inmunitarias.
Una vez se ha producido la infección por VIH, y ya dentro del organismo, el virus se replica en las células, creando copias de sí mismo que luego salen de la célula para entrar en otras sanas.
Sin embargo, el VIH puede pasar directamente de una célula infectada a otra sana (transmisión célula a célula) en los tejidos linfáticos, un mecanismo mucho más eficiente de transmisión.
En un estudio anterior, se había descubierto que el 95% de las muertes celulares relacionadas con el VIH se debían al “suicidio” programado de las propias células inmunitarias como mecanismo de defensa tras un intento de infección.
Cuando el VIH entra en una célula que está “en reposo” (o en estado quiescente), la infección no se llega a producir.
Sin embargo, quedan restos de ADN del virus dentro de la célula que al ser detectados producen la activación de una enzima (caspasa-1), que en última instancia acaba por inducir lo que se conoce como piroptosis (un mecanismo de “suicidio” celular proinflamatorio).
Por su parte, en este nuevo estudio se comprobó que este mecanismo de muerte celular solo se ve activado por la transmisión del VIH de célula a célula y no a través de partículas virales libres.
Para su trabajo, el equipo de investigadores empleó tejido linfoide infectado por VIH y compararon las tasas de muerte celular tras una transmisión de célula a célula y a través de virus libre.
Se halló que aunque las tasas de infección permanecieron iguales en general, se produjo un número significativamente superior de muertes de células CD4 cuando el VIH se había propagado directamente de otra célula.
Es decir, según los autores, aunque los virus libres son los que establecen la infección inicial, es la posterior propagación célula a célula la que provoca la muerte masiva de las células CD4.
Para confirmar este hallazgo, el equipo de investigadores alteró la transferencia del VIH a través de distintos mecanismos: modificando genéticamente el VIH, utilizando inhibidores químicos del VIH, bloqueando las conexiones intercelulares o aumentando la distancia física entre células para impedir que entrasen en contacto.
Se observó que la interrupción del contacto intercelular detuvo la muerte de las células CD4.
Además, la caspasa-1 solo se activó durante la transmisión de célula a célula.
El motivo propuesto para explicar que esto suceda únicamente con la transmisión de célula a célula es que los fragmentos de ADN abortados se eliminan rápidamente durante la infección por partículas virales libres y no son detectadas por el sistema defensivo de las células.
Sin embargo, en la transmisión de célula a célula, los fragmentos de ADN viral se acumulan hasta llegar a un momento en que son detectados, lo que dispara el mecanismo de piroptosis, ya mencionado.
Según los autores, este estudio cambia el modo en que se pensaba que el VIH provocaba la muerte celular de forma masiva y pone el foco de atención en las células infectadas de los tejidos linfáticos, en lugar del virus libre.
Fuente: Nota de Prensa Gladstone Institutes
Referencia: HIV Particles Do Not Cause AIDS, Our Own Immune Cells Do. Gladstone Press Release / August 27, 2015
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