Ser joven y llevar poco tiempo viviendo con el virus parecen empeorar el pronóstico.
Un estudio español publicado en la Conferencia Interciencias sobre Agentes Antimicrobianos y Quimioterapia (ICAAC), celebrada la semana pasada en San Francisco (EE UU), ha concluido que cerca del 40% de los hombres con VIH y neoplasia intraepitelial anal (NIA) de bajo grado podrían experimentar progresión a NIA de alto grado o cáncer.
El cáncer anal, causado por el virus del papiloma humano (VPH), es mucho más frecuente entre hombres gais con VIH que en la población general.
Mientras que la incidencia de cánceres definidores de sida ha ido reduciéndose tras la llegada de la terapia antirretroviral de gran actividad, la de cáncer anal ha ido aumentando a medida que la esperanza de vida de las personas con VIH se incrementaba.
El papilomavirus genera el desarrollo de verrugas genitales y NIA que, especialmente en el caso de los serotipos 16 y 18, pueden evolucionar a cáncer anal.
Sin embargo, las neoplasias intraepiteliales anales de bajo grado no tienen por qué evolucionar a NIA de alto grado, ni estas últimas a cáncer de ano.
Para esclarecer la evolución de estas neoplasias, un equipo español de investigadores llevó a cabo un estudio en el cual se evaluaron diversos factores que podrían predecir la progresión de NIA de bajo a alto grado y de esta a cáncer anal localizado.
También se analizó el papel de diversas técnicas de cribado para detectar estas neoplasias de alto grado o cáncer de ano.
El presente estudio, prospectivo y de cohortes, incluyó a 163 hombres que practican sexo con hombres (HSH) con VIH atendidos en un centro hospitalario de Granada (España) entre abril de 2010 y abril de 2012.
La edad media de los participantes era de 36 años y su infección por VIH había sido diagnosticada una mediana de 54 meses antes del inicio del estudio.
Los participantes habían tenido de mediana una pareja sexual durante el año anterior al ensayo y el 75% manifestaron haber utilizado condones.
Solo el 3% presentaban coinfección por el virus de la hepatitis C (VHC) o por el virus de la hepatitis B (VHB).
Alrededor del 50% eran fumadores. La mediana del recuento de CD4 era de unas 600 células/mm3, con un recuento nadir de 375 células/mm3.
El 75% de los participantes estaban bajo tratamiento antirretroviral y el 85% tenían carga viral indetectable.
Los participantes efectuaron pruebas al inicio del estudio y de seguimiento, que incluyeron citologías (test de Papanicolau), pruebas de detección del VPH y anoscopias.
El 81% de los pacientes del ensayo tenían infección por papilomavirus, el 68% presentaban serotipos de VPH de alto riesgo, el 69%, serotipos de bajo riesgo y el 47%, ambas clases de serotipo.
Los serotipos más comunes fueron el 16 (26%), el 53 (15%) y el 6 (15%).
El 66% de los integrantes del estudio había realizado citologías anales en el momento del análisis. Del total, el 71% mostraban NIA de bajo grado, el 3% NIA de alto grado y el 27% tenían lesiones escamosas atípicas de clasificación indeterminada.
La mitad de los participantes habían efectuado anoscopias en el momento del análisis. El 28% presentaban resultados normales, el 47% tenían NIA de bajo grado, el 17%, NIA de alto grado y el 8%, cáncer anal localizado.
Los investigadores calcularon una tasa de incidencia de NIA de alto grado de 14,9 casos por cada 1.000 persona-meses y 3,3 casos por cada 1.000 persona-meses en relación con el cáncer anal.
De la mitad de pacientes que había completado el período de seguimiento, de una mediana de 11 meses, se observó progresión de NIA de bajo grado a NIA de alto grado en el 33% de los casos, correspondiente a una tasa de progresión de 14,3 casos por cada 1.000 paciente-meses.
Un 5% de los casos de NIA de bajo grado progresaron a cáncer anal, una tasa de progresión de 2,0 casos por cada 1.000 paciente-meses.
Los únicos dos factores significativamente asociados con progresión de NIA de bajo grado a NIA de alto grado o cáncer de ano fueron ser jóvenes o haber recibido el diagnóstico de infección por VIH de forma reciente.
Los progresores tenían una edad media de 29,5 años, mientras que los no progresores tenían de promedio 34,1. Los intervalos tras el diagnóstico de infección por VIH fueron 44 y 60 meses, respectivamente.
Al contrario que en otros estudios, que habían señalado que los recuentos de CD4 o los serotipos del VPH influían en la progresión de la neoplasia, en el presente estudio no se apreciaron estas asociaciones.
Cabe destacar que solo 21 personas con NIA de bajo grado al inicio del estudio finalizaron el período de seguimiento, por lo que el pequeño tamaño de la muestra pudo impedir que el análisis encontrara relaciones significativas.
Al valorar la precisión de los métodos de cribado, los investigadores hallaron que la sensibilidad (la capacidad de detectar casos verdaderos) de la citología anal por sí sola para detectar NIA de alto grado o carcinoma anal fue del 80%, mientras que la de VPH de alto riesgo fue del 93%.
La combinación de ambas pruebas alcanzó una sensibilidad del 100%.
La combinación de ambas pruebas registró una sensibilidad del 98% para diagnosticar displasias anales de cualquier grado.
Aunque los objetivos del estudio eran prometedores, los resultados podrían haber sido condicionados por la falta de participantes que habían finalizado el estudio, ya que se trata de datos preliminares.
Cabrá tener en cuenta futuros análisis del estudio para verificar las relaciones (y las no relaciones) observadas.
Fuente: Aidsmap.
Referencia: Hidalgo Tenorio C, et al. Risk factors in the progression of low grade intraepithelial neoplasia (LGAIN) to high grade intraepithelial neoplasia (HGAIN) in a cohort of HIV-MSM.52nd Interscience Conference on Antimicrobial Agents and Chemotherapy. San Francisco, abstract H-1921, 2012.
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Abstract de la Conferencia:
Website ICAAC 2012: