Las subastas desiertas de medicamentos -más del 50%- debe ser prioridad para el gobierno entrante, son riesgo de gran desabasto de fármacos en el Sector Salud iniciando 2013.
Está sucediendo algo preocupante en torno al mercado público de medicamentos en México.
La política de compra de fármacos donde el principal objetivo fue estirar lo más posible el presupuesto para este renglón y presionar a toda costa a las farmacéuticas para reducir precios, parece agotada.
Las empresas tanto de genéricos como de innovadores han llegado al límite de su capacidad para hacer descuentos y están prefiriendo no ofertar en ventas a gobierno.
Se ha llegado a un empantanamiento tal, que en la última licitación masiva para compra de fármacos –entre IMSS, ISSSTE, Sedena y otros- quedaron desiertas más de la mitad de las claves de producto.
Ello significa que una prioridad para el gobierno entrante es actuar cuanto antes pues está a la vista un elevado riesgo de desabasto de terapias a principios del 2013.
El caso de VIH es un caso especial pero puede ser representativo, y es oportuno ahora que será el Día Mundial contra el VIH Sida.
Tratamos de explicarlo:
El Centro Nacional para la Prevención y el control del Sida (Censida) que dirige José Antonio Izazola, que decide hacia dónde dirigir los recursos para VIH en México, está preocupado por el imparable aumento de gasto en terapias, y ellos interpretan que sucede eso porque los médicos prescriben innecesariamente medicamentos más caros, es decir inhibidores de proteasa que son los más innovadores y sólo deben ser aplicados en los enfermos más avanzados.
Para Censida, de acuerdo con la guía de tratamiento aprobada, deberían usar básicamente antirretrovirales menos costosos.
El problema es que éstos son los adecuados para personas que inician con la enfermedad pero que son diagnosticados en etapa temprana, es decir antes de empezar a tener complicaciones.
Sin embargo algo grave es que en México, no sólo está aumentando en 20% en Sida en segmentos vulnerables focalizados, sino que el 80% de los diagnósticos de VIH se están detectando en etapa avanzada, donde, los médicos saben y la propia guía lo marca, sí necesitan fármacos más potentes para salvar su vida.
Una situación que ya no debería suceder porque la medicina actual permite que el VIH ya sea controlable como enfermedad crónica con tratamiento adecuado.
Luis Adrián Quiroz, miembro de la asociación Derechohabientes Viviendo con VIH/Sida del IMSS, dice que como pacientes no piden iniciar el tratamiento con unos o con otros fármacos, sino que haya una política de detección oportuna que garantizara que todos fueran diagnosticados en forma temprana y entonces sí darles antirretrovirales.
La realidad es que no existe tal política y la propia Dirección de Epidemiología ha reconocido que los diagnósticos están llegando en etapas muy avanzadas.
Inclusive se está detectando casos de muerte donde el fallecido nunca supo que estaba infectado con VIH.
Censida, como órgano rector y canalizador de recursos de este rubro hacia los estados, sabe que se le está yendo de las manos el presupuesto, y lo que más le preocupa es controlarlo; ha presionado a los gobiernos estatales diciéndoles que se hagan cargo de pagar los medicamentos, pero lo que en realidad falta es una política más certera sobre diagnóstico oportuno.
Aparte, buscar que la negociación de precios de medicamentos sea más estratégica, que el diálogo con los laboratorios sea más acertivo en términos de ganar-ganar y no sólo pedir descuentos porque a la larga, se está viendo, ello no está funcionando.
O por último, como dice Quiroz, que se haga la declaración de emergencia en VIH para poder romper patentes y comprar genéricos de calidad a menor precio, como tal parece a Brasil sí le funcionó.
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