Un estudio que utilizó diferentes antígenos en distintos momentos de la respuesta inmunitaria ha permitido la generación y evolución de estos anticuerpos, considerados cruciales para conseguir una vacuna preventiva eficaz.
Un reciente estudio realizado por investigadores del Hospital Universitario Rockefeller y financiado por los Institutos Nacionales de Salud de EE UU (NIH, en sus siglas en inglés) ha ayudado a arrojar más luz sobre el modo en que una vacuna contra el VIH puede inducir la producción anticuerpos ampliamente neutralizantes frente al virus.
En el estudio se trabajó con ratones modificados genéticamente y, mediante el uso de distintos antígenos en distintos momentos temporales, se consiguió guiar el proceso de generación y maduración de anticuerpos ampliamente neutralizantes.
Sus conclusiones sugieren que una ruta prometedora para obtener protección mediante una vacuna pasaría por una secuencia de inmunizaciones, en lugar de una única inoculación.
Los resultados fueron publicados en el ejemplar de junio de la revista Cell.
A pesar de que ya han pasado más de 25 años de investigación en vacunas preventivas del VIH, hasta ahora los resultados han sido completamente decepcionantes, con la notable excepción del ensayo tailandés (RV-144), donde el régimen de vacunación probado proporcionó una modesta (y efímera) protección, pero que marcó un hito en este campo al constituir la primera prueba de concepto en humanos.
En todo caso, existe un consenso en el ámbito científico en que para conseguir una vacuna preventiva realmente eficaz probablemente sea necesario que sea capaz de inducir una respuesta de anticuerpos ampliamente neutralizantes.
Los anticuerpos ampliamente neutralizantes son capaces de actuar sobre numerosas cepas de VIH, pero apenas un pequeño porcentaje de las personas infectadas los presentan e incluso en estos casos no aparecen de forma espontánea, sino a través de un proceso de evolución de la respuesta inmunitaria en competencia con las distintas estrategias de evitación del virus.
Por este motivo, se consideró que el realizar distintas inmunizaciones en distintas etapas específicas podría ser un atajo que permitiría reproducir este proceso natural y, de este modo, si se llega a producir una exposición al VIH, las respuestas inmunitarias de anticuerpos serían tan eficaces que podrían anular el virus sin que llegara a producirse la infección.
En las mutaciones que el virus realiza para evitar la respuesta inmunitaria, se producen importantes cambios en su estructura externa.
Sin embargo, existe una parte que el VIH no puede mutar fácilmente, la zona de unión con el receptor CD4, ya que sin ella no podría infectar estas células.
Como resultado, es una zona sobre la que actúan muchos anticuerpos ampliamente neutralizantes, algunos de los cuales consiguen superar las estrategias del virus para proteger este punto vulnerable y es un buen candidato a inmunógeno (parte de la vacuna que genera una respuesta inmunitaria).
Por este motivo, un equipo de investigadores del Hospital Universitario Rockefeller trabajó con ratones modificados genéticamente para que los anticuerpos elaborados se parecieran a los humanos.
Los investigadores emplearon dos variaciones en el antígeno mencionado (el punto donde el VIH se une a los receptores CD4) para ver cómo afectaba a la respuesta de las células B (las responsables de generar los anticuerpos).
En el primer caso, se trató de un antígeno modificado para hacer más accesible el punto de unión con los CD4, mientras que el segundo fue diseñado para parecerse más a la versión natural observada en el VIH.
Cada una de estas variantes se administraron en dos momentos temporales distinto: En una fase temprana de la respuesta del organismo o bien en otra etapa más avanzada.
En la etapa temprana, el antígeno modificado pareció ser capaz de inducir una respuesta de anticuerpos que ya empezaban a presentar diversas características clave que suponen un paso preliminar en la producción de anticuerpos ampliamente neutralizantes.
Por su parte, el antígeno más semejante a la forma natural fue más eficaz más adelante, incitando a que los ratones generaran anticuerpos capaces de neutralizar diversas cepas del virus.
Los autores consideran que el antígeno modificado fue capaz de conseguir que se iniciara la respuesta de anticuerpos, mientras que el más natural fue mejor para afinar dicha respuesta.
Esto implica que al administrar antígenos específicamente modificados en determinados momentos, la respuesta inmunitaria natural del organismo puede guiarse de forma gradual a lo largo del proceso de producción de anticuerpos ampliamente neutralizantes.
Los autores concluyen que su trabajo sugiere que la inmunización secuencial podría ser una estrategia adecuada para conseguir una vacuna frente al VIH, pero que aún se encuentran en una fase muy temprana de la investigación y aún existen muchos aspectos que se desconocen sobre los mecanismos de respuesta implicados.
Fuente: HIVandHepatitis
Referencias: Dosenovic P, von Boehmer L, Escolano A, et al. Immunization for HIV-1 broadly neutralizing antibodies in human Ig knockin mice. Cell 161(7): 1505-1515. June 2015.
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