Los expertos consideran que el estudio de estos casos podría ser útil en la búsqueda de una cura funcional de la infección por VIH.
En la VIII Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre Patogénesis, Tratamiento y Prevención del VIH (IAS 2015) se presentó el caso de una joven francesa que tras haber adquirido el VIH en el momento de nacer y recibir tratamiento antirretroviral de forma muy temprana, interrumpió la terapia cuando tenía seis años, a pesar de lo cual ha permanecido con una carga viral indetectable durante doce años.
No es el primer caso registrado de un control virológico sin necesidad de fármacos en una persona que inició el tratamiento en el momento de nacer, pero se trata de la remisión más prolongada de la que hay constancia.
De hecho, en un caso similar, el de la denominada ‘niña de Mississippi’, la niña acabó volviendo a presentar una carga viral detectable tras algo más de dos años sin tratamiento.
Los investigadores consideran que el estudio de estas personas (denominadas ‘controladoras post-tratamiento’) podría ofrecer pistas para alcanzar la cura funcional frente a la infección.
La ANRS (siglas en francés de la Agencia Nacional para la Investigación del Sida) dispone de una base de datos con más de 10.000 madres con VIH y desde 1989 ha detectado el nacimiento de 579 niños que adquirieron el virus por vía vertical en Francia.
De estos bebés, unos 200 iniciaron el tratamiento de forma temprana, con menos de seis meses de edad, y 15 de estos niños interrumpieron el tratamiento cuando su carga viral estaba por debajo de 500 copias/mL.
En 13 de estos 15 casos se produjo un rebote de la carga viral antes de un año tras abandonar el tratamiento. Sin embargo, uno de los niños mantuvo una carga viral indetectable durante más de tres años.
El caso restante corresponde al de la joven mencionada (que actualmente tiene 18 años).
El hecho de encontrar a dos controladores post-tratamiento entre un grupo de 15 niños podría significar que este hecho no es demasiado infrecuente.
Debido a la elevada carga viral de la madre en el momento de nacer (4,63 millones de copias/mL), a la niña se le administró un tratamiento profiláctico con zidovudina. Sin embargo, a las cuatro semanas de vida presentó niveles detectables de ARN del VIH.
Al interrumpir la toma de zidovudina a las seis semanas, la carga viral subió por encima de 2 millones de copias/mL.
Por este motivo, a los tres meses de edad inició un tratamiento antirretroviral con zidovudina, didanosina, lamivudina y ritonavir, a dosis completa (un tratamiento que hoy no sería recomendado).
Cuando tenía cinco años y ocho meses, su madre se desplazó al extranjero, llevándose consigo a su hija, por lo que se perdió el seguimiento clínico.
Cuando regresaron, un año más tarde, la niña seguía con una carga viral indetectable a pesar de que había interrumpido el tratamiento unos meses antes.
Desde que la niña ha vuelto a estar en seguimiento, se registraron dos momentos en los que su carga viral fue detectable. Una vez cuando tenía 12 años (probablemente se trató de un ‘blip’ o repunte temporal) y otra a los 14 años, pero se cree que en este segundo caso pudo haber sido un error del laboratorio.
Al realizar medidas de su carga viral empleando un ensayo ultrasensible en 2014 se determinó que tenía menos de 4 copias/mL y menos de 7 copias/mL en 2015.
También se ha comprobado que tiene ADN viral en las células del sistema inmunitario (un nivel bajo pero no excepcionalmente reducido).
Por todo ello, el virus no ha desaparecido del organismo, sino que ahora su sistema inmunitario es capaz de controlarlo de algún modo.
Esta es la situación que se conoce como ‘cura funcional’ y es uno de los objetivos de la investigación del VIH.
Aunque entre los 2 y los 4 años, su porcentaje de CD4 descendió por debajo de los límites considerados normales en el contexto de la infección, posteriormente volvió a subir y desde entonces se ha mantenido en niveles similares a los de una persona sin VIH.
Se están investigando las respuestas inmunitarias de esta persona y hasta la fecha se han descubierto dos particularidades interesantes.
En primer lugar, su configuración genética no parece relacionada con los tipos que se sabe que están vinculados con un mayor control del virus y una progresión más lenta.
La otra particularidad es que sus células CD8 parecen especialmente poco reactivas frente al VIH, lo que genera unos niveles mucho menores de mensajeros químicos del sistema inmunitario al ser estimulado con antígenos del VIH.
Esta falta de reacción a los antígenos del VIH es una característica ya observada en otras personas controladoras post-tratamiento y es la reacción opuesta a la que presentan los llamados controladores de élite, que mantienen una carga viral indetectable tras la infección sin ni siquiera haber tomado tratamiento.
Los controladores de élite tienden a tener una configuración genética relacionada con una carga viral baja y una progresión lenta, junto con células CD8 que están especialmente alertas frente al virus y destruyendo las células infectadas por VIH.
Esta diferencia entre ambos tipos de personas controladoras (de élite y post-tratamiento) echa por tierra algunos de los modelos propuestos sobre el control del VIH, pero al mismo tiempo ofrece información que puede ser útil para algunas estrategias de cura cuyo objetivo es reducir la actividad contra el VIH y, en consecuencia, evitar la reactivación del reservorio celular del virus.
En este sentido, también hay que destacar el seguimiento de la cohorte VISCONTI, en la que se observa el efecto del inicio temprano del tratamiento.
En dicha cohorte 14 personas adultas que empezaron a tomar pronto el tratamiento mantuvieron una carga viral indetectable (ocho de ellas sin ni siquiera un único rebote temporal o ‘blip’) cuando lo abandonaron.
En este momento, el periodo más largo de remisión virológica prolongada en este estudio fue de 9,5 años.
Todos estos datos parecen indicar que, en determinadas ocasiones, el inicio muy temprano del tratamiento antirretroviral podría llevar a que la persona desarrolle un tipo de respuesta inmunitaria que le permite controlar el VIH.
No obstante, aún es necesario investigar más para saber cómo aprovechar esta información procedente de las personas controladoras post-tratamiento para su aplicación en la práctica clínica.
Fuente: Aidsmap
Referencia: Sáez-Cirión A et al. HIV-1 virological remission for more than 11 years after interruption of early initiated antiretroviral therapy in a perinatally-infected child. 8th International AIDS Society Conference on HIV Pathogenesis, Treatment and Prevention, Vancouver. Abstract MOAA0105LB. 2015.
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Website IAS 2015: