*El Tratamiento Antirretroviral Previene la Transmisión del VIH en Hombres Gays y Personas Heterosexuales.
¿Qué probabilidades hay de que una persona con una carga viral indetectable transmita el VIH a una pareja sexual? “Nuestra mejor estimación es que esa probabilidad es cero”, afirmó el equipo de investigadores que presentaron los resultados de los dos primeros años del estudio PARTNER, en el que participan parejas donde un miembro tiene VIH y el otro no.
Los resultados finales del estudio se esperan para 2017, pero, hasta la fecha no se ha registrado ningún caso de transmisión cuando el miembro de la pareja con VIH tenía la carga viral indetectable.
Hasta el momento, el estudio PARTNER, aun en curso, ha inscrito a 1.110 parejas cuyos miembros tenían estados serológicos diferentes al VIH, y casi el 40% fueron parejas gais.
Estos hallazgos se suman a los del estudio HTPN 052, que registró un descenso del 96% en el riesgo de transmisión del VIH cuando el miembro de la pareja con VIH iniciaba el tratamiento de forma precoz.
En dicho estudio participaron principalmente parejas heterosexuales.
Durante el periodo de seguimiento del estudio PARTNER, todos los miembros sin VIH de las parejas heterosexuales declararon haber mantenido relaciones sexuales vaginales sin preservativo, el 72% con eyaculación.
Por su parte, el 70% de los hombres sin VIH de las parejas homosexuales declararon haber mantenido relaciones sexuales anales receptivas sin preservativo (el 40% con eyaculación), mientras que el 30% declaró haber sido siempre el miembro insertivo de la pareja.
Una proporción significativa de las parejas heterosexuales también declaró haber practicado sexo anal.
El equipo de investigadores determinó que las parejas gais mantuvieron relaciones sexuales en 16.400 ocasiones, mientras que las heterosexuales lo hicieron 14.000 veces.
No se registró ningún caso de transmisión del VIH cuando la carga viral estuvo por debajo de 200 copias/mL.
El análisis estadístico demostró que tener una carga viral indetectable redujo el riesgo de transmisión del VIH en un 99,5% durante las relaciones sexuales vaginales, y en un 99% en el caso de las relaciones sexuales anales (en un 96% si se produjo una eyaculación).
Sin embargo, el equipo de investigadores cree que es probable que la verdadera eficacia del tratamiento como prevención se encuentre más próxima al 100%, aunque, tal y como señaló el investigador principal del estudio, probablemente nunca será posible demostrar con certeza matemática que el riesgo de transmisión sea absolutamente nulo cuando la persona con VIH toma una terapia eficaz.
El tratamiento de la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) empleando el inhibidor de la proteasa de nueva generación Simeprevir (Olysio) permitió alcanzar una tasa de curación del 79% en personas coinfectadas por VIH que nunca habían tomado tratamiento contra la hepatitis C con anterioridad.
Simeprevir se empleó en combinación con interferón pegilado y Ribavirina.
En el estudio participaron 106 personas, todas ellas con el genotipo 1 del VHC. Ninguno de los participantes sufría cirrosis hepática y para 53 de ellos era la primera vez que tomaban un tratamiento contra el VHC (pacientes Naive).
El criterio de medición principal del estudio fue obtener una respuesta virológica sostenida (RVS) transcurridas doce semanas tras finalizar el tratamiento (RVS12).
En conjunto, el 74% de las personas que participaban en el estudio alcanzaron este objetivo.
Al tener en cuenta el historial de tratamiento, el 79% de las personas que tomaron la terapia por primera vez consiguió una RVS12, al igual que algo más del 50% de las que habían tenido un fracaso previo con un tratamiento estándar.
El presentar una infección por el genotipo 1b del VHC y el mostrar un grado de fibrosis menos avanzado constituyeron también factores de predicción de un resultado exitoso.
Los efectos secundarios más habituales fueron dolor de cabeza, exantema cutáneo (Rash) y náuseas.
Otro estudio presentado en la conferencia evidenció que el tratamiento de la hepatitis con el inhibidor de la proteasa Faldaprevir, en combinación con interferón pegilado y Ribavirina, tuvo una tasa de curación del 75% en personas coinfectadas por VIH y VHC.
En ensayo participaron 308 personas coinfectadas por VIH, todas ellas con VHC de genotipo 1.
Al inicio del estudio, el 95% de los participantes tenía una carga viral de VIH indetectable y la media del recuento de CD4 fue de 540 células/mm3.
La dosis de Faldaprevir se ajustó en función de si la terapia contra el VIH que estaban tomando los participantes incluía un inhibidor de la proteasa, Efavirenz (Sustiva) o Raltegravir (Isentress).
El criterio de medición principal fue obtener una RVS12. En general, el 71-72% de los participantes alcanzó este resultado.
Al igual que con otras terapias contra el VHC, la variante genética del IL28B estuvo relacionada con el éxito del tratamiento (88% de RVS12 en personas con variante CC frente a 64% en pacientes con variante no-CC).
Los efectos secundarios más comunes fueron náuseas, cansancio, diarrea, dolor de cabeza y debilidad. Además, la quinta parte de los participantes también mostró elevaciones en los niveles de bilirrubina.
Un tratamiento de doce semanas de duración contra la hepatitis formado por la combinación de tres agentes de acción directa (DAA, en sus siglas en inglés) curaron al 99% de personas sin experiencia en tratamientos.
La combinación consistió en el inhibidor de la proteasa del VHC ABT-450 (potenciado por Ritonavir) y Coformulado con ABT-267 (un inhibidor del complejo de replicación NS5A del VHC) y ABT-333 (un inhibidor de la polimerasa del VHC no análogo de Nucleósido).
El estudio contó con algo más de 400 personas con VHC de subtipo 1b.
La mitad de ellas tomó la terapia triple más Ribavirina, mientras que el resto tomó la terapia triple más un placebo.
La tasa de curación fue del 99-99,5%. Solo una persona experimentó un rebote virológico durante el tratamiento y otras dos experimentaron una recidiva tras completar la terapia.
Los principales efectos adversos experimentados fueron dolor de cabeza y nauseas.
Otro estudio presentado demostró que la administración por vía exclusivamente oral de una terapia triple era capaz de curar la hepatitis C en pacientes más difíciles de tratar.
Los participantes tomaron Sofosbuvir, Ledipasvir y un tercer fármaco de acción directa durante apenas seis semanas.
El estudio, llamado SYNERGY, contó con 60 personas con hepatitis C crónica, en su mayoría de ingresos bajos y procedentes de Washington, DC.
La mayoría de ellas tenía factores que tradicionalmente se asocian con una mala respuesta al tratamiento: aproximadamente el 70 % eran hombres, el 90% eran de origen étnico negro, alrededor del 85% tenían variantes no-CC (desfavorables) del gen IL28B y el 70% tenían el subtipo 1a del VHC, difícil de tratar.
En torno a la cuarta parte presentaba un estado avanzado de fibrosis hepática o cirrosis, aunque las personas con cirrosis fueron excluidas de los brazos de seis semanas de tratamiento.
"Creemos que esta muestra es un reflejo real de la población de personas con hepatitis C en EE UU, que históricamente ha sido una población difícil de tratar", se afirmó en la presentación del estudio.
Los participantes fueron distribuidos de forma aleatoria para recibir una terapia dual solo con Sofosbuvir/Ledipasvir durante 12 semanas, o esta Coformulación junto con un tercer agente de acción directa (GS-9669 –un inhibidor de la polimerasa del VHC no análogo de Nucleósido- o GS-9451 –un inhibidor de la proteasa del VHC–) durante seis semanas.
La carga viral del VHC se redujo con rapidez tras el inicio de la terapia y el 100% de las personas presentó unos niveles de carga viral indetectables al final del tratamiento.
Sólo se produjo una recidiva en el brazo de GS-9669 tras interrumpir el tratamiento, lo que supuso que las tasas de RVS12 fueron del 100% con la terapia dual de 12 semanas, del 95% con la terapia triple que incluyó GS-9669 y del 100% con la terapia triple con GS-9451.
En general, todos los regímenes fueron seguros y bien tolerados. No se registraron acontecimientos adversos graves ni tampoco interrupciones de tratamiento relacionadas con los fármacos del estudio.
Los efectos secundarios más habituales fueron dolor de cabeza, fatiga y diarrea (esta última se presentó con mayor frecuencia en el grupo que tomó GS- 9669).
Website Aidsmap:
Website XXI Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections (CROI 2014): http://www.croi2014.org/