La enfermedad cardiovascular se ha convertido en una de las causas más importantes de morbimortalidad en personas que viven con VIH.
Aunque los motivos exactos de por qué sucede esto no están claros, es posible que esté relacionado con el daño provocado por la infección por VIH sin tratar, los efectos secundarios de algunos fármacos antirretrovirales o determinados factores de riesgo tradicionales, como la dieta o el hábito de fumar.
La relación entre el VIH y el riesgo de sufrir un ataque cardiaco ha sido examinada en diversos estudios presentados en la CROI.
Se registraron algunos datos prometedores que apuntaban a que las mejoras en el tratamiento antirretroviral podrían estar normalizando las tasas de ataque cardíaco entre las personas con VIH.
Un equipo de investigadores de California comparó las tasas de ataque cardíaco de casi 25.000 personas con VIH con las de 250.000 personas de la misma edad y sexo pero sin dicha infección, entre 1996 y 2011.
En conjunto, las personas con VIH fueron un 40% más propensas a sufrir un ataque cardíaco, pero la relación entre el virus y el riesgo de sufrir dicho problema de salud disminuyó a lo largo del estudio.
En 2010-11, las personas con y sin VIH presentaron un nivel de riesgo similar.
Sin embargo, la población de estudio incluyó a personas inscritas en un plan de seguro sanitario y el 91% eran hombres, por lo que el equipo de investigadores advierten de que estos hallazgos podrían no ser extrapolables a otras poblaciones, en especial a mujeres.
Otro estudio distinto, en el que participaron más de 2.000 mujeres que recibían atención médica a través del Departamento de Asuntos para Veteranos de EE UU, puso de relieve que el VIH se relacionó con un riesgo tres veces superior de sufrir un ataque cardíaco y que éstos se produjeron a una menor edad en el caso de las mujeres con el virus.
Por su parte, otro estudio reveló la existencia de una relación entre unos recuentos más bajos de CD4 y el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, aunque otra investigación, en la que participaron personas de mayor edad, evidenció que el VIH aumentó el riesgo de sufrir un ataque cardíaco aproximadamente en un 40%.
¿Los hallazgos de estos ensayos han ayudado a aclarar la relación entre VIH y el riesgo cardiovascular?
Los sorprendentes contrastes entre los resultados del estudio californiano que contó con personas atendidas en un seguro sanitario privado y los de la cohorte de Asuntos para Veteranos sugieren que los factores de riesgo tradicionales y los efectos de la pobreza pueden tener mucha relevancia a la hora de determinar qué personas con VIH corren un mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón.
2.-Sería necesario un enorme aumento en las tasas de diagnósticos y tratamientos para frenar la epidemia de VIH entre los hombres gays británicos.
La proporción de hombres gais que viven con VIH en el Reino Unido y tienen una carga viral indetectable tendría que incrementarse desde la tasa actual del 60% hasta aproximadamente el 90% para poder reducir el número de nuevas infecciones en esta población, según revela un modelo matemático empleado en un estudio.
Los hombres gays siguen siendo uno de los grupos de población más afectados por el VIH en el Reino Unido, y la tasa de nuevas infecciones no se está reduciendo.
Los resultados de los dos primeros años del estudio PARTNER, presentados en la CROI, evidenciaron que no se produjeron trasmisiones del VIH en parejas gais (ni tampoco en heterosexuales) Serodiscordantes cuando la persona seropositiva estaba tomando un tratamiento gracias al cual su carga viral era indetectable.
Sin embargo, a pesar del acceso gratuito a los servicios de atención médica y los buenos resultados del tratamiento, la tasa de nuevas infecciones por VIH entre los hombres homosexuales gais en el Reino Unido se mantuvo estable o aumentó.
Actualmente, aproximadamente el 60% de los hombres gais que viven con VIH en el Reino Unido tienen una carga viral indetectable.
Los resultados de este modelo matemático revelaron que si esta tasa se mantiene inmutable, más de 3.000 hombres gais se infectarían por VIH cada año.
Sin embargo, si este porcentaje de hombres con una carga viral indetectable aumentase hasta el 90%, el número de nuevas infecciones se reduciría a unas 600 anuales.
Para conseguir este objetivo, el estudio descubrió que sería necesario aumentar las tasas de realización de la prueba y, en el caso de las personas diagnosticadas de VIH, iniciar el tratamiento de forma inmediata.
Actualmente, el 40% de los hombres son diagnosticados en el año siguiente a la infección por VIH, pero este porcentaje tendría aumentarse hasta el 90% para que el tratamiento antirretroviral tuviera un gran impacto sobre la tasa de nuevas infecciones.
En conjunto, el modelo evidencia que el tratamiento antirretroviral puede tener un gran impacto sobre las tasas de infección por VIH entre la población de hombres gais en el Reino Unido, pero para ello sería necesario realizar un cambio importante en las actuales estrategias de diagnóstico y tratamiento.
Los resultados de un estudio realizado en Kenia evidencian que las mujeres corren un elevado riesgo de adquirir el VIH el durante el embarazo.
Estos hallazgos ponen de relieve la importancia que tiene el repetir la prueba del VIH durante el embarazo, especialmente para ayudar a prevenir la transmisión del virus de madre a hijo (transmisión vertical).
El estudio contó con la participación de más de 1.300 mujeres y se llevó a cabo entre 2011 y 2013.
Para poder participar en el estudio, las mujeres tenían que haber dado negativo en una prueba del VIH en su visita de seguimiento prenatal o en los tres meses anteriores.
Diez mujeres fueron diagnosticadas de VIH en el momento de la inscripción en el estudio y otras catorce adquirieron el virus durante el período de seguimiento: dos de ellas bien avanzada la gestación, tres a las catorce semanas de haber dado a luz y siete a los nueve meses después del parto.
La presencia de una infección de transmisión sexual (ITS) se relacionó con un riesgo cuatro veces mayor de infección por VIH durante el embarazo, por lo que el equipo de investigadores hizo hincapié en la importancia del diagnóstico y el tratamiento de las ITS en la prevención del VIH.
Tanto Lopinavir/Ritonavir como 3TC resultan igual de eficaces al usarse como profilaxis pre exposición (PPrE) infantil para evitar la transmisión del VIH de madre a hijo durante el periodo de lactancia, según los resultados de un estudio de doce meses realizado en varios países africanos.
El estudio contó con la participación de más de 1.200 niños cuyas madres tenían VIH y que no se habían infectado por el virus al nacer.
Estos niños recibían lactancia natural, lo que significa que existía el riesgo de transmisión del VIH a través de la leche materna. Los niños fueron distribuidos en dos grupos, para recibir una profilaxis con Lopinavir/Ritonavir (Kaletra) o 3TC (Lamivudina, Epivir).
A lo largo de un periodo de doce meses de lactancia materna, aproximadamente el 1,5% de los niños se infectó por VIH y las tasas de transmisión no se vieron afectadas por el régimen de PPrE empleado.
La tasa de supervivencia sin VIH superó el 95% tanto en el caso de Lopinavir/Ritonavir como en el de 3TC, y la tasa de mortalidad infantil fue similar en los dos grupos.
El equipo de investigadores señaló que no se produjo ninguna muerte atribuible al VIH, pero sí a casos de diarrea y neumonía.
El nuevo fármaco experimental de la familia de los inhibidores de la transcriptasa inversa no análogos de Nucleósido (ITINN), Doravirina, muestra una gran potencia contra el VIH y presenta un buen perfil de efectos secundarios.
La familia de los ITINN actualmente está compuesta por Efavirenz, Etravirina, Nevirapina y Rilpivirina.
En este estudio, Doravirina se tomó en combinación con Tenofovir y Emtricitabina (fármacos formulados en un único comprimido llamado Truvada).
El estudio contó con la participación de aproximadamente 200 personas que tomaban tratamiento antirretroviral por primera vez.
Se comparó la potencia y seguridad de Doravirina frente a la de Efavirenz (Sustiva, Stocrin y también en combinación con otros fármacos en Atripla).
Tras 24 semanas, el 76% de las personas que tomaban Doravirina tenían una carga viral indetectable, frente al 64% de las que tomaban Efavirenz.
El uso de Doravirina también se relacionó con unas menores tasas de efectos secundarios.
Está previsto la realización de ensayos para probar una dosis de 100mg de Doravirina.
Una combinación de dos fármacos antirretrovirales ha demostrado ser igual de eficaz que la terapia triple tradicional a la hora de mantener la carga viral indetectable en personas que alcanzaron primero este nivel indetectable con una combinación triple.
La combinación doble consistió en el ITINN Rilpivirina (Edurant) y el inhibidor de la integrasa experimental GSK1265744.
Los participantes en el estudio empezaron la terapia con una combinación triple de fármacos.
Transcurridos seis meses, si la carga viral estaba por debajo de las 50 copias/mL, el tratamiento se cambió a una dosis de tres posibles de la combinación doble de mantenimiento.
El tratamiento continuó durante otros seis meses y las tasas de carga viral indetectable fueron similares a las de las personas que tomaron una combinación triple.
Además, se comprobó que la proporción de personas con una carga viral indetectable a la semana 48 fue similar entre el grupo de terapia doble y el de terapia triple.
Website Aidsmap:
Website XXI Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections (CROI 2014):
http://www.croi2014.org/